El 28 de enero fallecía el cabo del ejército Francisco Javier Soria, cuando estaba destacado en el Líbano en misión de paz de la ONU. Las hostilidades no iban con el desafortunado militar, ya que fue víctima según las informaciones de un fuego cruzado entre los israelíes y la organización Hizbulá.
Malagueño de nacimiento contaba treinta seis años de edad, la noticia ha pasado sin pena ni gloria.
Que un militar muera en acto de servicio, que un policía local de Puerto Serrano pierda un ojo consecuencia de una vil agresión de unos delincuentes o que una policía muera a tiros de un atracador, como que no es noticia. Es lo que hay, es la sociedad que nos ha tocado vivir, que cada palo aguante su vela.