Aunque a los habitantes de nuestra Provincia nos sorprenda, esta palabra, que, hiere el pudor de algunos interlocutores, no es un "gaditanismo" -ni posee en su origen la connotación soez ni el significado genital que le atribuimos en este territorio meridional de la Baja Andalucía. "Chocho" significa, por el contrario, "huevo huero, podrido, procedente de la gallina clueca".
De este sentido inicial ha derivado el adjetivo -"chocho"- y el verbo -"chochear"-, palabras con las que designamos a aquellas personas decrépitas, achacosas, caducas, débiles y enfermizas que, por su senectud, han perdido la memoria, tienen perturbada la razón y han de permanecer inmóviles como la gallina clueca. Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro de la Lengua Castellana, nos dice que "chocho es el que sabe poco y es como un niño de teta".