Leído en La Tribuna del diario
Europa Sur. Por su interés reproducimos esta artículo de opinión.
Por Leandro Del Moral Ituarte
EXISTE un refrán muy popular en Holanda que dice "Dios creó el mundo, y los holandeses, Holanda". Es fácil entender qué sentido se le da a esta frase en un país que tiene casi la mitad de su territorio bajo el nivel del mar, defendido de las aguas por diques, pero siempre que lo he oído he pensado que es plenamente aplicable a España. También el territorio español es en buena parte resultado de una ingente obra hidráulica, aunque en nuestro caso la tarea ha sido regular las aguas (embalses) y distribuirlas (canales).
Los diferentes regímenes políticos que se sucedieron a lo largo del siglo XX desarrollaron una ingente infraestructura hidráulica. Ni el sistema urbano, ni el sistema productivo, ni los paisajes de España son comprensibles sin tener en cuenta la profunda transformación del sistema hidrológico, que ha tenido unos costes económicos, sociales y ecológicos muy importantes; en el caso de estos últimos, auténticamente demoledores. Por eso el agua y la política de aguas en España, como en Holanda, son temas permanentes, con un perfil político desconocido en otros lugares.