M. Peñalver Primer Rector de la UCA |
Me sorprende que, cuanto más se aleja la fecha en la que falleció Mariano Peñalver, más crece la claridad con la que, como ocurre con una montaña, puedo calibrar la altura de su figura humana y la actualidad de los contenidos de su obra filosófica. Cuando ya han trascurrido ocho años de su fallecimiento, sus actitudes, sus gestos, sus conductas y sus palabras adquieren unos significados que, entonces, apenas advertía. Sólo a manera de ejemplo, me permito señalar uno de los temas que constituían el objeto de sus agudos análisis e, incluso, los temas de sus jugosas conversaciones. Me refiero a la necesidad de conectar los hallazgos de las Ciencias Naturales con las investigaciones de las Ciencias Humanas, una cuestión que está íntimamente relacionada con las reflexiones actuales sobre la mente y el cuerpo.