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Antonio Ramos dueño del cine. |
Hasta que en el gaditano pueblo de Jimena de la Frontera apareció la televisión, su ausencia fue sobradamente cubierta por el cine. Había uno en el barrio de arriba, cuyo dueño era el doctor Montero, asociado con varios jimenatos, y otro en el barrio de abajo. Muy pronto, yo era muy pequeño, tan solo quedó este último.
Su nuevo titular, Antonio Ramos, propietario agrícola, entre ellas de una finca en Barría, se lo adquirió a mis tíos, los hermanos Luque Huertas (José que tenía su domicilio en Jerez, Cristóbal que vivía en Espera, junto a Luis y Sebastián, ambos tenderos en el pueblo) La dirección en la nueva etapa la llevó su yerno, Antonio Sabau, comandante del ejército en la reserva, marido de Eugenia. Vivían justo encima del cine. Las buenas prácticas en este séptimo arte le fue transmitido por el maestro de escuela, José Capote, que lo ejerció con anterioridad, incluyendo el aprendizaje de la técnica para la proyección.