El inmueble, que habrá de ser rehabilitado, albergará un centro cultural con biblioteca y otras dependencias
El alcalde de Jimena, Pascual Collado, ha procedido esta mañana a la firma de las escrituras del edificio de la antigua Fonda La Perla, una de las construcciones más características del casco histórico de la localidad y en la que se pretende ubicar en el futuro un centro cultural.
De esta manera, el edificio pasa a ser, desde hoy mismo, de titularidad municipal, lo que permitirá acelerar el proceso para su rehabilitación y puesta en valor. Para ello, el Consistorio ya ha solicitado a la delegación provincial de Vivienda y Ordenación del Territorio la inclusión del mismo en el catálogo de edificios protegidos, una vía que permitiría al Ayuntamiento poder acceder a subvenciones por parte de la administración autonómica para llevar a cabo la rehabilitación.
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El objetivo que se persigue es la recuperación de un edificio histórico, de arquitectura popular e integrado en el conjunto histórico, para su uso público con fines culturales. Así, está previsto que albergue una biblioteca, que llevará el nombre de "Antonio Puchán", además de otras dependencias.
El Pleno de la Corporación jimenata aprobó el pasado verano el inicio del procedimiento para la adquisición del inmueble, que lleva años en desuso pero que durante lustros fue uno de los más representativos del casco histórico de la localidad.
Está situado en el número 32 de la calle Sevilla y cuenta con un total de 320 metros cuadrados de superficie construida. En la planta baja dispone de diez habitaciones de diferentes superficies, además de un patio central de 30 metros cuadrados que aporta luz y ventilación a todas ellas.
En la primera planta existen otras 10 habitaciones y 3 cuartos de baño mientras que la segunda planta cuenta con dos habitaciones y acceso a las terrazas ubicadas en la cubierta.
El edificio fue construido a comienzos del siglo XX y desde entonces ha sido utilizado tanto como vivienda particular como, sobre todo, establecimiento hostelero. Por sus dimensiones y características se trata de un elemento arquitectónico conocido por todos los vecinos.
Vivió su época de esplendor en los años 40 del siglo pasado, cuando era la única fonda o pensión existente en el casco histórico.
Posteriormente, hasta la década de los 90 se usó como vivienda en régimen de alquiler para, más tarde, dado su deterioro, dejar de ser utilizado por sus dueños.