Unos le llaman Alá y ofrece a sus seguidores el Paraíso, un lugar donde vivir -in eternian- rodeados de huríes vírgenes con las que copular cada día. El libro de instrucciones se llama Corán.
Para otros es Jahveh y la recompensa es el Cielo, donde sólo hay luz, calma y buen rollo. Su manual doctrinal lo recoge la Torá.