Soy Nicolás Rolin, canciller de Felipe III Duque de Borgoña, más conocido por “Felipe el Bueno”.
Este cuadro pintado al óleo sobre tabla que les presento se lo encargué personalmente a Jan Van Eyck. Recuerdo que fui muy criticado por mis enemigos que me acusaron de hombre de pocos escrúpulos y que sólo buscaba salvar mi alma profesando con ostentación un exacerbado culto a la Virgen. Fíjense que el Niño Jesús levanta la mano bendiciéndome mientras con la otra sostiene un cetro que denota su majestad.
Este cuadro pintado al óleo sobre tabla que les presento se lo encargué personalmente a Jan Van Eyck. Recuerdo que fui muy criticado por mis enemigos que me acusaron de hombre de pocos escrúpulos y que sólo buscaba salvar mi alma profesando con ostentación un exacerbado culto a la Virgen. Fíjense que el Niño Jesús levanta la mano bendiciéndome mientras con la otra sostiene un cetro que denota su majestad.
Me culparon de arrogante por atreverme a mirar de frente a la Virgen y tener el mismo tamaño que ella, pues hasta entonces los cuadros con donante se caracterizaban por ser éste de menor tamaño que las figuras sagradas.
Nada, pura envidia.