Cuando los artificieros desmontan el proyectil descubren debajo de la carcasa un papelito que dice: “esta bomba no matará a nadie”.
Si en aquella época descubren al pacifista anónimo que desactivó el explosivo Franco lo fusila ipso-facto . Hoy Saramago le rinde homenaje dedicándole su novela póstuma que podremos leer a partir de la próxima semana.