Afamado señor:
Me dirigo a usted con todo el respeto posible, le ruego perdone mi osadía, ya que un personaje de tal relevancia, quizá merecia mejor interlocutor, pero algo dentro de mi, hace que redacte la presente.
En primer lugar quiero hacerle llegar, mi gran admiración como jugador que lo fué y como entrenador en la actualidad, gracias a usted los que amamos al fútbol disfrutamos viendole jugar, calidad que transmite a los equipos a los que dirige.
Dicho esto, el motivo que me ha llevado a escribir esta misiva no es otro que su postura ante la eventual, ilegal y descabellada independencia de Cataluña.