Me gusta de vez en cuando bucear en el Blog el Rincón de Rosi. Blog administrado por mi buena amiga Rosi Estorach.
La foto que adjunto la he mirado y remirado ciento de veces. Es cierto, que me hace recordar tiempos de la niñez, yo acompañé mi madre más de una vez cuando iba al rio a lavar. En verano aprovecha la ocasión para darme un baño, bajo la atenta mirada de Ella, por supuesto en lugar donde el agua no sobrepasaba las rodillas.
Pero no es ese el tema que me ocupa. No hace mucho se averió nuestra lavadora, he de confesar que la damnificada fue el ama de casa, porque el que suscribe no sabe ni conectarla (para vergüenza propia).
El electrodoméstico estaba aún en garantías. Así que se procedió a llamar al servicio técnico. Para empezar tardó una semana en llegar, cuando lo hizo que tenía que encargar la pieza. Pasaban los días y el buen señor no aparecía. Llamada tras llamada, todo se volvían excusas, que si está abierta la incidencia, que en breve pasará, que disculpes las molestias, etc., etc., etc.
Reclamaciones, amenazas con ir a la oficina del consumidor. Al final se persona otro técnico y repara la maquina. Tanta tardanza fue consecuencia, de una especia de venganza del primero de los técnicos, ya que por razones que no vienen al caso su despido era inminente. Entre pito y flautas, el tiempo transcurrido fue casi un mes.
Ni que decir tiene, que la situación causo molestias a la buena y sufridora ama de casa, la cual se vio obligada a lavar a mano, dicho sea de paso en los tiempos que corren no es plato de gusto.
Por eso aludiendo a la foto, solo me cabe, admiración para aquellas mujeres que tenían que lavar en el rio, acarrear agua de la fuente, fregar los suelos de rodillas y un sinfín de calamidades.
Encima de todo infravaloradas, para nada reconocida su labor, en una sociedad súper machista, que todavía tiene muchos flecos de los de antes.
A todo esto, ayer 25 de noviembre, se celebró el Día Internacional contra la Violencia Machista. Me hago la siguiente pregunta, que se hará la inmensa mayoría. ¿Cómo se puede seguir matando mujeres?
1 comentario:
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Una antigua vecina, Catalina
Madre de once chiquillos,
Que espera al doceavo,
Estaba ya de ocho meses
Y la barriga era enorme
De lavar cada día tenía de trapos
Para llenar una trapería
Cada mañana temprano
Después de poner el puchero
Cogía al cuadril la canasta de ropa
Y a lavar se iba al río.
Un día como eran todos
Al pasar la saludaba
-Buenos días catalina
Como siempre a la tarea,
¿No sé cómo te las apañas
Con esa enorme barriga
Para lavar arrodillada?
Y respondió sonriente:
-Hijo mío, nobleza obliga
Volvía a media mañana
Con la ropa limpia y secada al sol
Tendida en las abulagas.
Ese día al volver, que algo más tarde era,
Catalina no tenía ya barriga
En la canasta entre los pañales limpios
Traía dormidita una sonrosada criatura.
Yo exclamé más que extrañado,
-Vecina qué ha pasado?
Respondió con una sonrisa
-Que cuando estaba tendiendo
La niña quiso nacer
Se me ha adelantado el parto
No había nadie en el río
Y me las he apañado sola,
Sin médico ni partera
Ya estoy de vuelta y contenta
Traigo mi ropita limpia
Y esta prenda de niña.
Tiempos que no fueron mejores
Pero, que sus encantos tenían.
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10.04.16
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Antonio. –el niño del Corchado-
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