Leído en El Confidencial. Por su interés reproducimos este articulo.
Retrato de la fauna que convirtió en un mito al Rock-Ola
Prado Campos
Más allá de los rostros famosos que se citaron en los garitos madrileños durante La Movida, Miguel Trillo, conocido como el fotógrafo de las tribus urbanas, también posó su objetivo en esa generación de jóvenes que pasó las noches de los ochenta escuchando música y moviendo el cuerpo. Ahora reúne en la exposición 'Retratos en Rock-Ola' (en la sala Madrid Me Mata desde mañana jueves) las fotos que sacó entre 1981 y 1985 en la mítica sala de conciertos de la capital.
"Ahora lo normal es ir a conciertos y a salas, pero entonces íbamos a los teatros en su día de descanso o a los colegios mayores", rememora Trillo. Por eso, la apertura de la sala Marquee (bajando las escaleras) en septiembre de hace 35 años, y de Rock-Ola, inaugurada en abril de 1981, supuso la revolución de la noche y de la cultura española.
"Hasta entonces las discotecas eran para los vips. eran como de terciopelos y lámparas horteras. La vida nocturna eran boites. Rock-Ola significó la llegada del rock. No existía algo ni internemedio. Pasamos de las noches de boites a unas noches de rock y de cultura 'underground' llena de gente de clase media y media-alta. Parecían tirados, pero con el paso del tiempo se ha visto que ese público ha triunfado y ha sido la generación creativa de España", analiza el fotógrafo.
Fue a esa generación anónima que abarrotaba los conciertos a la que enfocó con sus dos cámaras réflex de 35mm, una en blanco y negro y otra de diapositivas en color. "Lo más interesante que estaba pasando en Madrid era el público. Las actuaciones eran réplicas a las de cualquier otro país, pero el público de Madrid era distinto al resto de Europa porque estaba viviendo la libertad en primer plano. Y vivir eso no tenía precio", asegura.
La exposición les otorga el protagonismo que merecen a través de 20 retratos -a los que se suma un mosaico con imágenes de algunos de los grupos que pasaron por Rock-Ola- que van desde Juanote, el primer skin de Madrid, a los miembros de Glutamato Ye-Yé. La convicencia de artistas y público es otra de las características de esta época que ha querido resaltar Trillo. "Los músicos se comportaban como público, es decir, después del concierto seguían en la sala y hacían tertulia y bebían con los fans y amigos, y los fotógrafos podíamos hacerles fotos antes, el camerino o después. Todo eso ahora es impensable", analiza.
Por eso, ha concebido esta exposición como "un homenaje a las calles de Madrid concentradas en ese público de los conciertos". Un público formado por rockeros, punkis o mods que entonces eran vistos como raros e incluso ridiculizados. "Ahora se habla así de los 'hipsters' y los 'swaggers'. Siempre se ríen de ellos, pero con el tiempo ganan autoridad y respeto. Pero, sí, en las calles de esa época todo el mundo tenía dolor de cuello aunque de torcerlo al ver las pintas. Ahora no se provoca o escandaliza tan fácilmente".
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