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Madrugada con la mujer de mi vida
La pasión de una cama desecha,
el sudor transparente moja las caricias,
gemidos escapan de cuerpos desnudos.
Besos interminables caldean la habitación,
maullidos de madrugada adornan el silencio,
cojines en el suelo mezclados con el placer,
caricias desordenadas juegan sin pudor,
Almas perdidas se encuentran entre sábanas.
Dos corazones ...
Un sólo latido, hacen el amor.
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