El humor en el Carnaval
En primer lugar y para que no surjan dudas os confieso –queridas amigas y amigos- que me gusta nuestro Carnaval pero también os digo que -como me ocurre con el fútbol, con la política y con el periodismo- lo vivo de una manera moderada, sin excesivo apasionamiento, sin idolatría y sin fanatismo.
Por eso procuro mantener cierta distancia que me permite disfrutarlo y, además, analizarlo y criticarlo. En mi opinión, nuestras agrupaciones nos muestran unos espejos, cóncavos o convexos, en los que se reflejan, alargados o achatados, nuestros rostros y nuestros gestos, nuestras virtudes y nuestros defectos, nuestras aspiraciones y nuestras frustraciones.
Este año, debido a la crisis sanitaria, no saldremos a las calles y a las plazas para disfrutar con los coros, con las agrupaciones pero podremos disfrutar con el buen humor de las coplas desde nuestros hogares gracias a la televisión.
El buen humor, aunque no está relacionado necesariamente con el amor, sí tiene mucho que ver con la amabilidad. Por eso aplaudo el humor que humaniza las relaciones humanas, ese humor al que se refieren muchos de los amigos que nos visitan, cuando nos dicen que el rasgo que más les llama la atención es el fino e ingenioso humor de sus habitantes. Se refieren al humor amable que ha de constituir para nosotros un reto, un desafío y una responsabilidad.
El humor es un lenguaje que la Estética lo considera como arte, la Poética como resorte literario y la Antropología como una manifestación cultural: es la consecuencia natural de la facultad humana del lenguaje que puede servir para construir la sociedad o, a veces, para destruirla. Por eso, justamente en estos momentos de preocupación por la dichosa pandemia, nos viene bien condimentar nuestra convivencia ciudadana con algunas pizcas de la sal y de la pimienta de nuestro buen humor.
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1 comentario:
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El humor de nuestra tierra
de nuestra tierra y sus gentes
es un humor singular
que al malhumor le ha quitado
lo que en sí lleva de más
que es en verdad, el mal
y queda, el humor simplemente,
se le ha cambiado el adjetivo
por buen humor y humor sano.
A pesar de los pesares
en esta tierra hay humor
que es la demostración
de su bondad y alegría,
casi siempre saladito
y un poquitito picante.
A pesar de los pesares,
de tener casi todos
los intestinos anudados,
no nos falta en estos días
un poquitín de alegría
para criticar con ironía,
con gracia y con simpatía
lo que en un año ha pasado,
con tal arte y maestría
que nadie se siente herido,
ni ofendido ni humillado.
Por culpa de esta pandemia
que ya dura demasiado,
por “mo” de las mascarillas
que no dejan ver las bocas
y que tapan la sonrisa,
la que el pueblo en carnaval
siempre ha tenido en sus labios,
carnaval no será igual
a como lo fue en el pasado.
Pero, gracias a las vacunas,
si es que nos llegan a tiempo,
y que a todos y todas esos, cara dura
le dieran por guardar cola
y no colarse los primeros,
en los próximos carnavales
pudiéramos cambiar
la mascarilla por el antifaz,
mostrar otra vez la sonrisa
al escuchar las coplillas
llenas de humos y de sátira
con las que las agrupaciones
cada año nos regalan y deleitan.
Antonio.
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