Una canción de ilusión le canto
A la bella gente de este pueblo
Catálogo de filantropía
Es la fuente de su carisma
A mi San Pablo por la mañana
Al sol de mi pueblo por la tarde
A mi Buceite por la noche
Y al sol de mi amor a todas horas
Una alegre canción yo le canto
Veinticuatro horas cada día
A ti pueblo mío que me acunas
En el seno de mi Andalucía
Es el pecho de nuestra Andalucía
Pozo del que mana elixir
Sano remedio aromático
Que en Buceite no tiene fin
Rojas dentro de tus amores
Tres rosas de corazón llevas:
El Parque de los Alcornocales
A tu familia y a tus amores
Sampableña que lleva y deja
Cálido amor buceiteño
Sampableña luz que enamora
A los gentilicios del reino
Rojas dentro de mis amores
Tres rosas de corazón llevo
Al Parque de los Alcornocales
A ti y al recuerdo de los padres
Blanca es tu miel de azucena
Verde tus hijos y tus nietos
Como el dulce alma de las huertas
Donde aires de amor respiro
Una canción de ilusión le canto
A la bella gente de este pueblo
Catálogo de filantropía
Es la fuente de su carisma
Catálogo de filantropía
Es la fuente de tu carisma
Buceiteña energía de mi alma
Sampableño de mi isotropía
Para ti este poema de canto
Para ti esta canción sin llanto
Para ti el amor a un pueblo
Para vos amores de pueblo
Este pueblo es una gloria
La Gloria llena de vecinos
Vivir aquí es la mayor gloria
Emana paz de sus vecinos:
Vicepresidente del Club Deportivo San Pablo:
D. JOSÉ MATEO SÁNCHEZ .- “Mateo el Barbero” (Q.E.P.D.). Un gran amigo. Segundo entrenador, el más fiel colaborador, el más hincha de todos los hinchas, nuestro padre del fútbol después del maestro D. MIGUEL BLANCO, y el famoso cura. Buen entendedor, ingenioso y el más sufridor, puro nervio, ¡cuántas uñas se comió! Junto con Paco Vargas formaba el pilar del equipo, aparte de fundadores, nos animaba antes y después, aquí y allá, donde quiera que fuésemos a jugar y…, ¡con algún contrario también llegó a pelear! Éste gran hombre, sin percatarse siquiera, hacía constantemente no solo de peluquero de niños, sino también de “maestro de niños”, porque eso es lo que hacía con los menores, mientras les pelaba, les hablaba de deporte para tranquilizarlos. Era un educador de la juventud, con los que intercambiaba opiniones, enseñanzas y pareceres sobre deportes y toros, pero en especial del fútbol. Él, después de lo de Paco Vargas y el fin del equipo de sus amores, no cesó en ayudar a la gente joven desde su afición por el fútbol, y, a falta de campo de fútbol, los, y se derivó, al fútbol sala, comenzando con ello el auge de este deporte, gracias a la pista del colegio y al polideportivo. Se introdujo como presidente de equipo y siguió colaborando y cooperando desde su posición de “Barbero”. Mateo el Barbero, fue uno de esos hombres que cuando no están se echan de menos, porque es difícil sustituir como amigo, vecino, padre y entrañable persona.
Porteros:
JUAN MUÑOZ PÉREZ.- “Juanito”; tenía una agilidad asombrosa, astuto y valiente; polifacético jugador, ya que era capaz de jugar en cualquier puesto, pero endiabladamente bueno bajo los palos. Otro niño estudiante y trabajador, que con 13 años ya hacía de camarero en el bar de sus padres, “Bar Plácido”, en aquellos tiempos el único local de este tipo con televisor; los toros y el fútbol lo llenaba a reventar. Tenía un salón interior amplio, con mesas y sillas, donde estaba el televisor, y a las que él se encargaba de atender con la ayuda de otro niños camareros: Cristóbal “El Pipeta” y, poco después “Paquillo el de la Pozá”. Igualmente atendían la barra, si hacía falta. Y no solo en la barra y en el salón, también fuera, en la calle, que se cortaba con una caseta escenario, para fiestas y bailes y también, donde los “Sábado Noches”, o con el televisado de toros y fútbol era un atrayente importante de clientes locales y visitantes.
DIEGO VILLANUEVA “Bernabé”.- Fiel y leal compañero, jamás se le oyó una crítica en las decisiones que se tomaban. Era muy difícil batirle por alto (podrán adivinar por qué). Pocos partidos se perdió Bernabé, pues además de futbolista era el mejor del público y el mejor de los colaboradores. El monte era su mundo desde crío, por entonces vivía en La Lapa, y era otro más de San Pablo, hasta que se hizo municipal.
Defensas:
MANUEL ZARZA CARRASCO “Manolo Zarza”.- Un gran lateral, un iniciador de las mejores jugadas, cuando corría por la banda, no cesaba de poner balones en boca de gol, en la cabeza o a los pies del compañero; bajaba con endiablada rapidez para la defensa. Normalmente era imparable avanzando con el balón.
JOSÉ MARÍA VARGAS LIRIO “José María”.- Cuando se quitaba las gafas y se ponía la cinta en la frente, era para jugar al fútbol, ¡y como lo hacía!, era tan pegadizo con el delantero que le tocaba marcar, o con el que osaba intentar penetrar por su defensa, que éste se desesperaba sin saber que hacer para pasarle. Terminaba pasándole él.
MANUEL ROSA JIMÉNEZ “Manolo Rosa”.- Cuantas patadas al aire veíamos dar a los delanteros contrarios, tenían el balón tan bien preparado, tan a boca de gol, pero…, qué pasaba con ese defensa, de dónde salió, cómo podía meter la punta de la bota en un balón tan cubierto?... Así era él, así siempre fue Manolo Rosa con el contrario: un puntillero del balón, porque era la punta del zapato su mejor arma hasta para chutar.
ILDEFONSO MUÑOZ NEBREDA “Alfonso”.- Grande y fuerte, pero ágil; una muralla de mucho cuidado, con un amor propio inquebrantable, el más respetado por nosotros (¡y por los contrarios!). El Capitán que nunca quería perder; muy regañón. No perdonaba una pelota perdida; un gol en contra le enfurecía; no se perdonaba ni así mismo el haber cometido un error. Era tal su entusiasmo que buscaba la perfección ¡Ay!, del que intencionadamente hiciera daño a sus camaradas…
Medios:
ANDRÉS RUBIO GONZÁLEZ “Andrés”.- Parecía pesado y lento, si bien cuando tenía el balón en sus pies, eso quedaba en simple apariencia, la realidad era muy distinta y se convertía en un roble “esquivón”, ¡que bien daba el esquinazo a su perseguidor! No se entretenía y pasaba muy bien y con mucha vista el balón al hueco. Su fuerza en el centro frenaba el ímpetu del contrario suavizándolo.
JUAN PÉREZ LARA “Juan Lara”.- Nuestro arlequín. El fútbol es un juego, y así se lo tomaba él, de broma. De broma pero que resultaba, pues con su forma peculiar de afrontar los partidos, se mofaba, en su alegría juvenil, del que intentaba arrebatarle la pelota, haciendo que éste, a veces, se irritara de tal forma que no “daba pie con bolo”. Fórmula infalible, que contagiaba de la misma forma a los demás contrincantes y les hacía caer una y otra vez en el fallo ¡Y encima hasta marcaba goles! En su guasa, con uno, dos, tres y hasta con cuatro pases irritaba al contrario que le entraba, le gustaba marear y, finalmente, por último, su tan discutido pase de tacón ¿¡Era para irritarse o no!...? Pero saben una cosa?, le daba al fútbol un toque de emoción!.
JUAN ENRIQUE ROBLES GARCÍA “Juan Enrique”.- Siempre rechonchote, alegre, y algunas veces “picón”, pero pronto se le quitaba cuando estaba con el balón. Le estimábamos necesario y su ausencia se notaba; su forma de jugar era el complemento que el equipo necesitaba para salir airoso en los encuentros difíciles. Tuvo siempre una personalidad muy propia y peculiar, amigo de sus amigos, y el mejor señorito del pueblo. Aún sigue demostrando esa alegría que siempre repartió, cuando se encuentra con algunos de sus antiguos vecinos y amigos.
Delanteros:
JOSÉ LUÍS SÁNCHEZ RIQUELME “Pepe Riquelme”.- Extremo derecho con una gran técnica y muy habilidoso. Descubridor como nadie y conocedor nato de los caminos del gol ¡Cuánta gloria nos dio, cuántos maravillosos goles marcó!; los difíciles, los que parecían imposible, los que animaban y entusiasmaban al público, y daban fuerza moral a sus compañeros de equipo. Cabeceador acrobático, y un “Ronaldo” en sus días, era insustituible en su puesto. Desde el córner o faltas cercanas a él, tenía tan cogida la rosca (el efecto), que había que darle al balón que era único metiendo el gol por la escuadra del segundo palo.
ANTONIO RODRÍGUEZ BUENO “Rodríguez”.- Su apellido le hacía gala: “Bueno”, y bueno que era jugando al fútbol. Zigzagueante regateador, hábil jugador y artista empedernido con el movimiento del balón, hasta llevarlo al lugar adecuado, donde no solía ser egoísta -como los buenos jugadores-, y ¡muchos goles que de esa forma dio!. Cuando se veía en mejor lugar y encontraba la ocasión, no se lo pensaba, era seguro, y no tenía compasión con la portería, solo tenía en mente ver al balón tocar la red.
JOAQUÍN ALABARCE GÁLVEZ “Alabarce”.- El más veloz del equipo. Era una gacela humana, un guepardo corriendo; un atleta no aprovechado, con cualidades extremas para el deporte en general. En el campo de fútbol era ese guepardo del césped, de la sabana, y el balón la presa alcanzada que solo soltaría dentro de la red contraria. Se respiraba emoción, si es que no se dejaba de respirar debido a ella, era espectacular verle jugar con esa envidiable velocidad. Esa era su peculiaridad, y su especialidad al chutar: raso y cruzado a uno u otro palo, lo hacía imparable.
FRANCISCO DELGADO MUÑOZ “Paco el de la Pozá” (Q.E.P.D.).- Alma de guerrero, maestro del coraje y con un amor propio inquebrantable, y además, mago del balón ¿Mago? ¡Si, mago! Tenía que existir magia para poder explicar por qué el cuero, tras rebotar una y otra vez, en los que robárselo querían, volviese siempre como pegado a sus pies. Nuestro zurdo, nuestro máximo goleador; no jugó ningún partido en el que no metiera su gol. Era tal su coraje, que una vez, en la Estación de Gaucín (El Colmenar), al hacerle una de tantas necesarias faltas para quitarle el balón, cayó al suelo y se le dislocaron las dos muñecas, ¡las dos!; salió corriendo del campo y se fue en busca de una afamada curandera del lugar. Volvió poco después con ellas vendadas, entrando nuevamente en el campo con la misma rapidez que se fue, y a los pocos minutos volvió a marcar.
MANUEL CUENCA CORBACHO “Manolo Cuenca”.- De la cantera como la mayoría, el de menos edad, el más pequeñín de estatura por entonces. Serio y duro, pero amistoso e inteligente. Frágil a primera vista, pues en el campo era osado y avezado en el juego, se volvía audaz y hasta temeroso para él mismo, pues le llovían las zancadillas. El pequeño Amancio, le llamábamos.
Volviendo al C.D. San Pablo, los mencionados solían ser el equipo normalmente titular, sin embargo, como es obvio, teníamos nuestra cantera de sucesores de algunos años menos, o de algunos más, sentados en el banquillo, e intentaban ganarse la titularidad, pues siempre acompañaban aunque no estuvieran convocados para el partido, e igualmente entrenaban. Aquellos tiempos eran otros, en los que muchos no podían entrenar ni jugar, pese a jugar muy bien o regularmente bien, ya que tenían que trabajar o estudiar fuera. Estas ausencias solían producir estragos, pues ni que decir tiene que, a veces, por falta de personal, teníamos que echar mano de cualquiera que supiera jugar y sobresaliera en algo. Para eso compartían nuestros entrenamientos de partidos, para rellenar ausencias o para formar otro equipo y entremezclar. Cómo mínimo se ha de contar con dos equipos: un primer y un segundo equipo, para convocar y efectuar cambios oportunos al desarrollo del partido.
Fueron muchos y buenos jugadores los que por su edad, o simplemente por sus estudios, trabajo u otras causas, no entraron de lleno en el equipo, no por ello son menos dignos de mencionarse. Ahí constan sus avatares con el fútbol sala y sus triunfos, que es otra historia. Pero en ésta, únicamente de fútbol, obligatoriamente se han de mencionar a otros como: CRISTÓBAL GÓMEZ, ANTONIO SANMARTÍN ANAYA, ANTONIO PÉREZ LARA, MANOLO PÉREZ, JOSÉ ANTONIO ÁLVAREZ (q.e.p.d.), JOSÉ LÓPEZ BOLAINO, JUAN ORTEGA VÁZQUEZ Y SU HERMANO PACO, PLÁCIDO MUÑOZ PÉREZ, MANOLO SARAIBA, LUIS SARAIBA (q.e.p.d.), PACO MENA, BUENO, TRUJILLO (q.e.p.d.)., y muchos otros.
DETALLES FINALES LEÍDOS EN EL SUSODICHO PROGRAMA.
“El mejor futbolista siempre fue el aficionado”.
Al fútbol vemos jugando a nuestros jóvenes, pero en fichados en otras localidades que si tienen campo de fútbol y juegan en la liga de su categoría, siguen sobresaliendo y nos llena de orgullo, pero también de tristeza porque aquí no tienen ni donde entrenar. Continúan jugando como siempre al fútbol sala, gracias al polideportivo y al campo del colegio, menos mal, algo es algo, pero debería tener otras opciones aquí y no fuera.
Les ofrecen drogas, le contestan con deporte ¿Qué mejor droga que el deporte? ¡Seguid muchachos, seguid!, enseñad a vuestro pueblo a luchar contra el engaño, contra la maldad. Drogas…? ¿Para qué? Para depender de ellas toda la vida, vivir artificialmente, convertirse en una carroña de la sociedad y ser un estropajo humano manejados por los que intentan enriquecerse a costa de vuestra salud, de vuestro sufrimiento y el de vuestras familias. Gracias por contestar ¡NO! Tal como en nuestros días nosotros contestamos negativamente al exceso de alcohol y posteriormente a los primeros cigarrillos de “quifi”, y más adelante “marihuana”; y a la vez que nos hacíamos mayores continuamos diciendo que no a otras drogas, pues veíamos que el que probaba se quedaba enganchado; existía desinformación y se aprovecharon de ello. Hoy ya se sabe lo que es. En recuerdo de lo que somos, de nuestros antepasados, de nuestra historia, recordando que somos el ser más inteligente de la Tierra, demostrémoslo. Una de las formas más utilizadas, entre otras, de luchar contra todo tipo de drogas (incluido alcohol) es el deporte, porque hace el cuerpo fuerte, a la mente limpia y al espíritu alegre.
Seguiremos dando patadas al balón, para que nuestros hijos se entusiasmen con él. Seguiremos contando nuestras batallitas en los campos de fútbol para que nuestros niños se vean en él (y en los de diferentes deportes). Y seguiremos envidiando al fútbol, porque ya, a nuestra edad, no podemos con él, pero la verdad, no podemos vivir sin él.
5 comentarios:
Que pedazo de historia, a más de uno le gustaría estar ahí de protagonista. Enhorabuena!
Yo sí estoy por ahí y en aquellos tiempos, me he emocionado tanto que acaba de publicarse y ya lo he leído tres veces, incluso con lo "larga y corta" que es o se siente aún esos preciosos años llenos de brío, de entusiasmo e ilusión de vivir la vida con el corazón a rebodar de nuevas sensaciones, que bonito fue ser joven y que bonito es volver otra vez a sentirte joven, gracias a lecturas como ésta... Un abrazo desde muy lejos Cristobilla, mi mejor portero y mi mejor amigo.
Gracias Cristóbal me gusta recordar aquello y vernos tan jóvenes que no siempre fuimos gordos y viejos.
Manolo Rosa
Muchas gracias por hacernos recordar aquella época en la que tanto disfrutábamos jugando al fútbol, pues con un balón y un grupo de amigos éramos los más felices del mundo.
Manolo Zarza
Felicidades Cristobal-Cuantos buenos recuerdos,es dificil retener las lágrimas.Un fuerte y sincero abrazo para TODOS.Gracias(Alfonso Muñoz).
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