miércoles, 1 de julio de 2020

"Rememorando a las viejas glorias II", por Cristóbal Moreno "El Pipeta"

--
-
REMEMORANDO A “LAS VIEJAS GLORIAS” 2ª PARTE.

GLORIOSA FILANTROPÍA


Una canción de ilusión le canto

A la bella gente de este pueblo

Catálogo de filantropía

Es la fuente de su carisma

 

A mi San Pablo por la mañana

Al sol de mi pueblo por la tarde

A mi Buceite por la noche

Y al sol de mi amor a todas horas

 

Una alegre canción yo le canto

Veinticuatro horas cada día

A ti pueblo mío que me acunas

En el seno de mi Andalucía

 

Es el pecho de nuestra Andalucía

Pozo del que mana elixir

Sano remedio aromático

Que en Buceite no tiene fin

 

Rojas dentro de tus amores

Tres rosas de corazón llevas:

El Parque de los Alcornocales

A tu familia y a tus amores

 

Sampableña que lleva y deja

Cálido amor buceiteño

Sampableña luz que enamora

A los gentilicios del reino

 

Rojas dentro de mis amores

Tres rosas de corazón llevo

Al Parque de los Alcornocales

A ti y al recuerdo de los padres

 

Blanca es tu miel de azucena

Verde tus hijos y tus nietos

Como el dulce alma de las huertas

Donde aires de amor respiro

 

Una canción de ilusión le canto

A la bella gente de este pueblo

Catálogo de filantropía

Es la fuente de su carisma

 

Catálogo de filantropía

Es la fuente de tu carisma

Buceiteña energía de mi alma

Sampableño de mi isotropía

 

Para ti este poema de canto

Para ti esta canción sin llanto

Para ti el amor a un pueblo

Para vos amores de pueblo

 

Este pueblo es una gloria

La Gloria llena de vecinos

Vivir aquí es la mayor gloria

Emana paz de sus vecinos:


Gloriosa filantropía…
---

CAPITULO II

Vicepresidente del Club Deportivo San Pablo:

D. JOSÉ MATEO SÁNCHEZ .- “Mateo el Barbero” (Q.E.P.D.). Un gran amigo. Segundo entrenador, el más fiel colaborador, el más hincha de todos los hinchas, nuestro padre del fútbol después del maestro D. MIGUEL BLANCO, y el famoso cura. Buen entendedor, ingenioso y el más sufridor, puro nervio, ¡cuántas uñas se comió! Junto con Paco Vargas formaba el pilar del equipo, aparte de fundadores, nos animaba antes y después, aquí y allá, donde quiera que fuésemos a jugar y…, ¡con algún contrario también llegó a pelear! Éste gran hombre, sin percatarse siquiera, hacía constantemente no solo de peluquero de niños, sino también de “maestro de niños”, porque eso es lo que hacía con los menores, mientras les pelaba, les hablaba de deporte para tranquilizarlos. Era un educador de la juventud, con los que intercambiaba opiniones, enseñanzas y pareceres sobre deportes y toros, pero en especial del fútbol. Él, después de lo de Paco Vargas y el fin del equipo de sus amores, no cesó en ayudar a la gente joven desde su afición por el fútbol, y, a falta de campo de fútbol, los, y se derivó, al fútbol sala, comenzando con ello el auge de este deporte, gracias a la pista del colegio y al polideportivo. Se introdujo como presidente de equipo y siguió colaborando y cooperando desde su posición de “Barbero”. Mateo el Barbero, fue uno de esos hombres que cuando no están se echan de menos, porque es difícil sustituir como amigo, vecino, padre y entrañable persona.

Porteros:

JUAN MUÑOZ PÉREZ.- “Juanito”; tenía una agilidad asombrosa, astuto y valiente; polifacético jugador, ya que era capaz de jugar en cualquier puesto, pero endiabladamente bueno bajo los palos. Otro niño estudiante y trabajador, que con 13 años ya hacía de camarero en el bar de sus padres, “Bar Plácido”, en aquellos tiempos el único local de este tipo con televisor; los toros y el fútbol lo llenaba a reventar. Tenía un salón interior amplio, con mesas y sillas, donde estaba el televisor, y a las que él se encargaba de atender con la ayuda de otro niños camareros: Cristóbal “El Pipeta” y, poco después  “Paquillo el de la Pozá”. Igualmente atendían la barra, si hacía falta. Y no solo en la barra y en el salón, también fuera, en la calle, que se cortaba con una caseta escenario, para fiestas y bailes y también, donde los “Sábado Noches”, o con el televisado de toros y fútbol era un atrayente importante de clientes locales y visitantes.

CRISTÓBAL MORENO ROMERO.-  “El Pipeta”, llegó a ser el portero titular del C.D. San Pablo. Y en otros varios durante su trayectoria profesional, siempre titular. Llegó a jugar en otros equipos regionales, académicos, laborales y locales de Madrid y en el San Antonio de Ibiza –Baleares-. Titular también, durante tres años, de la Compañía de la Guardia Civil en la isla de Ibiza; portero titular durante su promoción en la Academia de Cabos de la Guardia Civil de Guadarrama (Madrid); y como extremo derecho en la del Campo de Gibraltar con sede en La Línea de la Concepción.

Como portero del C.D. San Pablo, lo que más gustaba de él, era sus famosas “palomitas”. Muy mimado por sus compañeros de equipo, siendo el único jugador al que los contrarios tenían vedados tocar, pues corrían el riesgo de cobrar, nunca se llegó a esos extremos, pero cerca estuvo en varias ocasiones. Por su arrojo y valentía entre los palos varias lesiones llegó a sufrir.

Como simpática y dolorosa anécdota, durante un partido combinado de Jimena y la Estación contra el C.D. San Pablo, en un campo eventual Las Mesas, durante el trofeo de la feria por San Pedro.

“Bersabé” llegó con el balón a su portería y, al ir a  chutar dentro del área pequeña entre un remolino de defensores, en vez de darle al balón que lo atenazó de sus pies el portero encontró la cara de este que recibió de lleno la patada. Toda la feria se la tiró El Pipeta sorbiendo sopitas durante las comidas, pues no podía abrir la boca. Se le iban los ojos tras el olorcillo de los puestos de pollos asados. Una feria inolvidable.

DIEGO VILLANUEVA “Bernabé”.- Fiel y leal compañero, jamás se le oyó una crítica en las decisiones que se tomaban. Era muy difícil batirle por alto (podrán adivinar por qué). Pocos partidos se perdió Bernabé, pues además de futbolista era el mejor del público y el mejor de los colaboradores. El monte era su mundo desde crío, por entonces vivía en La Lapa, y era otro más de San Pablo, hasta que se hizo municipal.

Defensas:

JUAN MANUEL MERINO VEGA “Merino”.-
Fuerte como un toro, muy tenaz, maravilloso defensa central y líbero. Era muy difícil pasarlo, un freno central increíble. Tranquilidad y confianza para cualquier portero, compenetración completa entre portero y demás defensas. Cuando faltaba (pocas veces), se acusaba, pues nadie defendía ese puesto como él. Duro, pero sin utilizar violencia, su fuerza y la anteposición al contrario era su peculiar forma de jugar.

MANUEL ZARZA CARRASCO “Manolo Zarza”.- Un gran lateral, un iniciador de las mejores jugadas, cuando corría por la banda, no cesaba de poner balones en boca de gol, en la cabeza o a los pies del compañero; bajaba con endiablada rapidez para la defensa. Normalmente era imparable avanzando con el balón.

JOSÉ MARÍA VARGAS LIRIO “José María”.
- Cuando se quitaba las gafas y se ponía la cinta en la frente, era para jugar al fútbol, ¡y como lo hacía!, era tan pegadizo con el delantero que le tocaba marcar, o con el que osaba intentar penetrar por su defensa, que éste se desesperaba sin saber que hacer para pasarle. Terminaba pasándole él.

MANUEL ROSA JIMÉNEZ “Manolo Rosa”.- Cuantas patadas al aire veíamos dar a los delanteros contrarios, tenían el balón tan bien preparado, tan a boca de gol, pero…, qué pasaba con ese defensa, de dónde salió, cómo podía meter la punta de la bota en un balón tan cubierto?... Así era él, así siempre fue Manolo Rosa con el contrario: un puntillero del balón, porque era la punta del zapato su mejor arma hasta para chutar.

ILDEFONSO MUÑOZ NEBREDA “Alfonso”
.- Grande y fuerte, pero ágil; una muralla de mucho cuidado, con un amor propio inquebrantable, el más respetado por nosotros (¡y por los contrarios!). El Capitán que nunca quería perder; muy regañón. No perdonaba una pelota perdida; un gol en contra le enfurecía; no se perdonaba ni así mismo el haber cometido un error. Era tal su entusiasmo que buscaba la perfección ¡Ay!, del que intencionadamente hiciera daño a sus camaradas…

Medios:

ANDRÉS RUBIO GONZÁLEZ “Andrés”.- Parecía pesado y lento, si bien cuando tenía el balón en sus pies, eso quedaba en simple apariencia, la realidad era muy distinta y se convertía en un roble “esquivón”, ¡que bien daba el esquinazo a su  perseguidor! No se entretenía y pasaba muy bien y con mucha vista el balón al hueco. Su fuerza en el centro frenaba el ímpetu del contrario suavizándolo.

JUAN PÉREZ LARA “Juan Lara”.-
  Nuestro arlequín. El fútbol es un juego, y así se lo tomaba él, de broma. De broma pero que resultaba, pues con su forma peculiar de afrontar los partidos, se mofaba, en su alegría juvenil, del que intentaba arrebatarle la pelota, haciendo que éste, a veces, se irritara de tal forma que no “daba pie con bolo”. Fórmula infalible, que contagiaba de la misma forma a los demás contrincantes y les hacía caer una y otra vez en el fallo ¡Y encima hasta marcaba goles! En su guasa, con uno, dos, tres y hasta con cuatro pases irritaba al contrario que le entraba, le gustaba marear y, finalmente, por último, su tan discutido pase de tacón ¿¡Era para irritarse o no!...? Pero saben una cosa?, le daba al fútbol un toque de emoción!.

JUAN ENRIQUE ROBLES GARCÍA “Juan Enrique”.- Siempre rechonchote, alegre, y algunas veces “picón”, pero pronto se le quitaba cuando estaba con el balón. Le estimábamos necesario y su ausencia se notaba; su forma de jugar era el complemento que el equipo necesitaba para salir airoso en los encuentros difíciles. Tuvo siempre una personalidad muy propia y peculiar, amigo de sus amigos, y el mejor señorito del pueblo. Aún sigue demostrando esa alegría que siempre repartió, cuando se encuentra con algunos de sus antiguos vecinos y amigos.

Delanteros:

JOSÉ LUÍS SÁNCHEZ RIQUELME “Pepe Riquelme”.-
Extremo derecho con una gran técnica y muy habilidoso. Descubridor como nadie y conocedor nato de los caminos del gol ¡Cuánta gloria nos dio, cuántos maravillosos goles marcó!; los difíciles, los que parecían imposible, los que animaban y entusiasmaban al público, y daban fuerza moral a sus compañeros de equipo. Cabeceador acrobático, y un “Ronaldo” en sus días, era insustituible en su puesto. Desde el córner o faltas cercanas a él, tenía tan cogida la rosca (el efecto), que había que darle al balón que era único metiendo el gol por la escuadra del segundo palo.

ANTONIO RODRÍGUEZ BUENO “Rodríguez”.- Su apellido le hacía gala: “Bueno”, y bueno que era jugando al fútbol. Zigzagueante regateador, hábil jugador y artista empedernido con el  movimiento del balón, hasta llevarlo al lugar adecuado, donde no solía ser egoísta -como los buenos jugadores-, y ¡muchos goles que de esa forma dio!. Cuando se veía en mejor lugar y encontraba la ocasión, no se lo pensaba, era seguro, y no tenía compasión con la portería, solo tenía en mente ver al balón tocar la red.

JOAQUÍN ALABARCE GÁLVEZ “Alabarce”.- El más veloz del equipo. Era una gacela humana, un guepardo corriendo; un atleta no aprovechado, con cualidades extremas para el deporte en general. En el campo de fútbol era ese guepardo del césped, de la sabana, y el balón la presa alcanzada que solo soltaría dentro de la red contraria. Se respiraba emoción, si es que no se dejaba de respirar debido a ella, era espectacular verle jugar con esa envidiable velocidad. Esa era su peculiaridad, y su especialidad al chutar: raso y cruzado a uno u otro palo, lo hacía imparable.

FRANCISCO DELGADO MUÑOZ “Paco el de la Pozá” (Q.E.P.D.).- Alma de guerrero, maestro del coraje y con un amor propio inquebrantable, y además, mago del balón ¿Mago? ¡Si, mago! Tenía que existir magia para poder explicar por qué el cuero, tras rebotar una y otra vez, en los que robárselo querían, volviese siempre como pegado a sus pies. Nuestro zurdo, nuestro máximo goleador; no jugó ningún partido en el que no metiera su gol. Era tal su coraje, que una vez, en la Estación de Gaucín (El Colmenar), al hacerle una de tantas necesarias faltas para quitarle el balón, cayó al suelo y se le dislocaron las dos muñecas, ¡las dos!; salió corriendo del campo y se fue en busca de una afamada curandera del lugar. Volvió poco después con ellas vendadas, entrando nuevamente en el campo con la misma rapidez que se fue, y a los pocos minutos volvió a marcar.

MANUEL CUENCA CORBACHO “Manolo Cuenca”.- De la cantera como la mayoría, el de menos edad, el más pequeñín de estatura por entonces. Serio y duro, pero amistoso e inteligente. Frágil a primera vista, pues en el campo era osado y avezado en el juego, se volvía audaz y hasta temeroso para él mismo, pues le llovían las zancadillas. El pequeño Amancio, le llamábamos.

MANUEL PONS DEL PINO “Manolo el Maestro”.- El gran olvidado, y digo esto, PORQUE SE LO DEBÍA, fue imperdonable el no incluirle en aquél relato de la feria del año 1.992 (del que derivo ahora). Si, imperdonable y yo únicamente fui el culpable, porque, aunque no fuera de la cantera ni miembro inicial desde los comienzos del equipo, si perteneció a él como jugador desde el mismo instante en que fue destinado como profesor a los colegios de éste pueblo, allá por los últimos años de D. MIGUEL BLANCO.

Algo mayor que el resto –no muchos años-, su fichaje agregó un amplificador de tácticas al juego que desarrollaba el equipo; incrementó bastante la regular experiencia competitiva del mismo, ya que le venía rodada desde su juventud tal como los balones que le hipnotizaban. Jugaba con nosotros y de él aprendíamos a la vez que íbamos ganando partidos. Perteneció en cuerpo y alma al Club Deportivo de San Pablo y con él se fue también su competitividad, aunque hiciera sus pinitos en el fútbol sala, que es lo que quedó, y como no, con sus alumnos.

Mi fallo estuvo en que el artículo lo escribí 18 años después de desaparecer el equipo, para ello iba mirando las fotos que del equipo que teníamos desde pequeños, y en ellas aún no estaba él, en ellas me inspiraba de la personalidad futbolera de cada uno. Como tampoco aparecía en las otras fotos que yo tenía, y se me pasó, simplemente se me pasó.  Posteriormente él me refrescó la mente, aparte de achacármelo –con razón-, pero aparte de él también algunos miembros del equipo. Después  aparecieron  otras fotografías del equipo que yo ni siquiera había visto, donde indiscutiblemente aparecía él. Fotos de pleno derecho con sus compañeros y como componente del equipo, con el que jugó al poco de llegar a nuestro pueblo, hasta el 1.974 en que el equipo dejó oficialmente de existir, ante la ausencia de su entrenador Paco Vargas y el rápido esparcimiento de sus jugadores por causas diversas: estudios, trabajo y servicio militar; o simplemente para buscarse la vida en otras ciudades o regiones. Sin embargo, la falta de campo de fútbol y la nueva derivación al “fútbol sala” con más opciones de campo: en colegios y en el polideportivo; fue la puntilla final de un equipo estable y duradero en el pueblo, nada más ver como ejemplo, el auge y la cantidad de excepcionales equipos de fútbol sala que figuraron después.

No por ello, se dejó de jugar al fútbol, que va, quedaba algo de nostalgia y siguieron (los mismos del fútbol sala), organizando algunas competiciones de fútbol, incluso para el trofeo de feria, en el campo de chinos y chinarros por el seco y antiguo cause del río Guadiaro, entre la venta de “Las Acacias” y el Puente del Río, donde lo alternaban con las competiciones de cinta a caballo, garrocha y los propios de las exposiciones de monta a la vaquera. Siempre estaré agradecido el apego de los nuevos futbolistas para que, durante mis vacaciones para no perderme la feria, me hicieran jugar con ellos de portero e intentar  ganar la correspondiente copa.

Después vendrían los afanados de “Solteros y Casados”, que se extendieron al “fulbito” (partido informal y amistoso) o al “futbito”, y que aún continúan.

Volviendo al C.D. San Pablo, los mencionados solían ser el equipo normalmente titular, sin embargo, como es obvio, teníamos nuestra cantera de sucesores de algunos años menos, o de algunos más, sentados en el banquillo, e intentaban ganarse la titularidad, pues siempre acompañaban aunque no estuvieran convocados para el partido, e igualmente entrenaban. Aquellos tiempos eran otros, en los que muchos no podían entrenar ni jugar, pese a jugar muy bien o regularmente bien, ya que tenían que trabajar o estudiar fuera.  Estas ausencias solían producir estragos, pues ni que decir tiene que, a veces, por falta de personal, teníamos que echar mano de cualquiera que supiera jugar y sobresaliera en algo. Para eso compartían nuestros entrenamientos de partidos, para rellenar ausencias o para formar otro equipo y entremezclar. Cómo mínimo se ha de contar con dos equipos: un primer y un segundo equipo, para convocar y efectuar cambios oportunos al desarrollo del partido.

Fueron muchos y buenos jugadores los que por su edad, o simplemente por sus estudios, trabajo u otras causas, no entraron de lleno en el equipo, no por ello son menos dignos de mencionarse. Ahí constan sus avatares con el fútbol sala y sus triunfos, que es otra historia. Pero en ésta, únicamente de fútbol, obligatoriamente se han de mencionar a otros como: CRISTÓBAL GÓMEZ, ANTONIO SANMARTÍN ANAYA, ANTONIO PÉREZ LARA, MANOLO PÉREZ, JOSÉ ANTONIO ÁLVAREZ (q.e.p.d.), JOSÉ LÓPEZ BOLAINO, JUAN ORTEGA VÁZQUEZ Y SU HERMANO PACO, PLÁCIDO MUÑOZ PÉREZ, MANOLO SARAIBA,  LUIS SARAIBA (q.e.p.d.), PACO MENA, BUENO, TRUJILLO (q.e.p.d.)., y muchos otros.

DETALLES FINALES LEÍDOS EN EL SUSODICHO PROGRAMA.

 “El mejor futbolista siempre fue el aficionado”.

En las salidas a otros pueblos para confrontaciones con los equipos locales, bien por liguillas, fiestas, ferias u otras causas, se formaban casi siempre las mismas comitivas de seguidores, que eran muchos, y los taxistas del pueblo de aquellos entonces: El Turrillo y José Antonio e incluso El Baila, en los primeros años, se ponían las botas dando viajes; y, en el camión de Chinela, uno de los mejores, fiel, y más empedernido aficionado,  que nos llevó muchas veces, y gratis a los distintos campos; al regreso tenían que aguantar nuestra cantinela.

Gaucín y la Estación, Jimena y la Estación, Castellar Nuevo, Tesorillo y hasta Marchenilla, que tenía una mediana población por entonces desperdigada por los campos y un buen equipo de agregados de distintos pueblos cercanos, eran nuestros más próximos rivales.

De Algeciras, La Línea y San Roque, vinieron algunos equipos desde nivel cadete, a los que nos enfrentábamos con orgullo, ni que decir tiene, que había una cierta diferencia de nivel a favor de éstos, que jugaban en la liga, y que entrenaban como mínimo tres días en semana con entrenadores profesionales titulados; aunque le presentábamos muy buenas batallas. Teníamos tres equipaciones donadas por entidades del pueblo, que alternábamos según el color del contrario: eran la del Cádiz, la del Betis y la del Barsa.

Nuestra feria se esperaba con ansiedad, pues durante ella celebrábamos torneos de fútbol con otros pueblos, con buenas copas y premios. En compensación éramos invitados a competir en las de éstos y a veces -las menos-, en algún otro pueblo más lejano que nos llamaban para medir sus fuerzas previamente al comienzo de la liga provincial o comarcal a la que pertenecían.

Como en todo, ganábamos y perdíamos, pero la copa por la feria de San Pablo y San Pedro, creo no haberla perdido jamás, pues ante nuestro público, nuestros familiares y nuestras novias (había quién tenía más de una), dejábamos el corazón en el terreno de juego.

Al fútbol vemos jugando a nuestros jóvenes, pero en fichados en otras localidades que si tienen campo de fútbol y juegan en la liga de su categoría, siguen sobresaliendo y nos llena de orgullo, pero también de tristeza porque aquí no tienen ni donde entrenar. Continúan jugando como siempre al fútbol sala, gracias al polideportivo y al campo del colegio, menos mal, algo es algo, pero debería tener otras opciones aquí y no fuera.

En el 1992, quedó escrito: “Ahora vemos jugando al “futbito” a nuestros jóvenes. Y nos alegramos, porque es una forma de seguir moviendo el balón, se necesita una habilidad asombrosa, que nos demuestra que éstos, nuestros jóvenes, se abrazan al deporte con toda su alma. Gallardamente dejan pasar por su lado, ese virus tan terrible, que se ha estado y está propagando: “la droga”, que como una guadaña invisible su juventud les quiere arrebatar (La heroína y la cocaína hacían estragos, así como el haschís era el primer escalón que llevaba, ante la ignorancia, a consumirlas y engancharse a tan peligrosas drogas. Mucha juventud se llevó al otro barrio, ¡peor que el actual coronavirus!, todavía, inexplicablemente,  siguen algunos cayendo en la trampa).

Gran enfermedad de nuestros días, que poco estudiada y menospreciada en principio, acechaba a sus víctimas, ensañándose con la inocencia y el desconocimiento, marchitando las flores de nuestra España, arruinando las familias tras penetrar en sus entrañas. Acabando con ilusiones, sueños y alegrías. Dejando tristes e incapaces a esos padres y madres, viendo como sus retoños rompían desorientados con la lógica de la vida ¡OJO A ESTO TODAVÍA…!

Les ofrecen drogas, le contestan con deporte ¿Qué mejor droga que el deporte? ¡Seguid muchachos, seguid!, enseñad a vuestro pueblo a luchar contra el engaño, contra la maldad. Drogas…? ¿Para qué? Para depender de ellas toda la vida, vivir artificialmente, convertirse en una carroña de la sociedad y ser un estropajo humano manejados por los que intentan enriquecerse a costa de vuestra salud, de vuestro sufrimiento y el de vuestras familias. Gracias por contestar ¡NO! Tal como en nuestros días nosotros contestamos negativamente al exceso de alcohol y posteriormente a los primeros cigarrillos de “quifi”, y más adelante “marihuana”; y a la vez que nos hacíamos mayores continuamos diciendo que no a otras drogas, pues veíamos que el que probaba se quedaba enganchado; existía desinformación y se aprovecharon de ello. Hoy ya se sabe lo que es. En recuerdo de lo que somos, de nuestros antepasados, de nuestra historia,  recordando que somos el ser más inteligente de la Tierra, demostrémoslo. Una de las formas más utilizadas, entre otras, de luchar contra todo tipo de drogas (incluido alcohol) es el deporte, porque hace el cuerpo fuerte, a la mente limpia y al espíritu alegre.
 
Seguiremos dando patadas al balón, para que nuestros hijos se entusiasmen con él. Seguiremos contando nuestras batallitas en los campos de fútbol para que nuestros niños se vean en él (y en los de diferentes deportes). Y seguiremos envidiando al fútbol, porque ya, a nuestra edad, no podemos con él, pero la verdad, no podemos vivir sin él.

JÓVENES…! No caigáis en la trampa: ¡la droga mata!. Las hay menos y más agresivas, pero todas son malas, peligrosas, asesinas. Los primeros escalones son el alcohol y la marihuana y sus derivados “haschís”. Así como todas esas pastillas anfitamínicas de muchos nombres. La diversión está en la mente y no en las drogas; las drogas te habitúan y no te dejan vivir de forma natural, pues te convierten en su esclavo/a. Los que las venden no son vuestros amigos, y no miran por vosotros solo por ellos, para consumir o para enriquecerse. La mayoría de los que venden al por mayor no la consumen ¡Les importáis un carajo!, pero si le interesáis como consumidores. Repito, por favor, no caigáis en la trampa, no caigáis en su trampa. Su mentira está cargada de rosas y tienen espinas de heridas incurables.
--

5 comentarios:

Antonio Tellez. dijo...

Que pedazo de historia, a más de uno le gustaría estar ahí de protagonista. Enhorabuena!

Anónimo dijo...

Yo sí estoy por ahí y en aquellos tiempos, me he emocionado tanto que acaba de publicarse y ya lo he leído tres veces, incluso con lo "larga y corta" que es o se siente aún esos preciosos años llenos de brío, de entusiasmo e ilusión de vivir la vida con el corazón a rebodar de nuevas sensaciones, que bonito fue ser joven y que bonito es volver otra vez a sentirte joven, gracias a lecturas como ésta... Un abrazo desde muy lejos Cristobilla, mi mejor portero y mi mejor amigo.

Anónimo dijo...

Gracias Cristóbal me gusta recordar aquello y vernos tan jóvenes que no siempre fuimos gordos y viejos.
Manolo Rosa

Anónimo dijo...

Muchas gracias por hacernos recordar aquella época en la que tanto disfrutábamos jugando al fútbol, pues con un balón y un grupo de amigos éramos los más felices del mundo.
Manolo Zarza

Unknown dijo...

Felicidades Cristobal-Cuantos buenos recuerdos,es dificil retener las lágrimas.Un fuerte y sincero abrazo para TODOS.Gracias(Alfonso Muñoz).