Vídeo y fotos: Homenaje a dos sampableñas que el franquismo dejó huérfanas en el III Aniversario de la Casa de la Memoria La Sauceda de Jimena

Francisca Saraiba Acedo, Francisca Téllez Medina y Luís Vega Sevillano.

Nota de prensa del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar.

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La Casa se llenó para celebrar su tercer aniversario y homenajear a las víctimas del fascismo en Jimena

Vecinos de Jimena de la Frontera y de otros municipios de la provincia llenaron la Casa de la Memoria en la tarde del viernes 15 de noviembre para celebrar su tercer aniversario. 

Todos vivieron una tarde de emociones y de firmeza, un merecido homenaje a las víctimas del fascismo en Jimena y San Pablo de Buceite que reunió a hijos, hijas, nietos, nietas y bisnietos de los hombres y mujeres que las tropas fascistas asesinaron en este pueblo entre 1936 y 1949.  

Homenajeadas fueron también tres personas que se han destacado en la recuperación de la memoria colectiva de Andalucía: Luis Vega, vecino de Paterna que siendo niño vio cómo los falangistas se llevaron a su madre para fusilarla; el arqueólogo Jesús Román y Cecilio Gordillo, investigador y promotor de numerosa iniciativas memorialistas.

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Andrés Rebolledo.

Andrés Rebolledo, presidente del Foro por la Memoria del Campoo de Gibraltar, dio la bienvenida y dejó claro que la lucha continúa. “Hasta hace poco y durante muchos años el franquismo estaba agazapado en muchos ámbitos de la sociedad y el Estado”, dijo y añadió. “Hoy, además, tiene 52 diputados en el Congreso. Nosotros vamos a seguir luchando y ahora con más motivo. Con paciencia, con firmeza y determinación. Como decía un héroe de la defensa de Madrid, al fascismo no se le discute, se le combate. Pues vamos a seguir haciéndolo”.

Rebolledo dijo que la lucha por la verdad, la justicia y la reparación es una obligación para con los familiares asesinados, encarcelados, torturados, exiliados o condenados al hambre, la miseria y el silencio. Y añadió que también es una lucha del presente y del futuro enfocada hacia los más jóvenes, que deben conocer la historia  de nuestros pueblos y comprender que el fascismo sólo trae muerte, destrucción y pobreza.  “Tenemos que hacerles ver que no hay nada más grande que la libertad. Que la vida sin libertad no es vida. Y que sólo luchando constantemente por ellas se aseguran la libertad y la igualdad. La verdadera democracia, al fin”, añadió.
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Andrés Rebolledo

Rebolledo recordó luego que un equipo de arqueólogos contratado por la Diputación de Cádiz descubrió el 24 de julio pasado en el cementerio municipal una fosa común con los restos de cinco personas fusiladas. En la primavera de 2020 está prevista la exhumación para sacar de allí los restos de todas las personas que se encuentren. La investigación histórica realizada en su día por José Manuel Algarbani arrojó un listado de 98 vecinos de Jimena que fueron fusilados en éste u otros puntos de España, de los cuales la mitad fueron asesinados en este mismo municipio. Explicó que miembros del foro han entrevistado recientemente a diecinueve personas que tienen antepasados fusilados por las tropas fascistas. Estas personas dieron información, en la mayoría de los casos muy precisa y abundante, sobre 34 víctimas mortales de la represión fascista entre septiembre de 1936 y marzo de 1937 y sobre otra que fue asesinada en 1945. De estas 34 personas, dieciocho figuran en el listado de las 98 y sus nombres están inscritos en el cenotafio que se erigió en el cementerio municipal hace unos años. Otras dieciséis no aparecen en el listado ni en el cenotafio. Son estas: Melchora Prieto Moncada, Francisco Téllez Rodríguez, Antonio Moreno Vallecillo, José  Quintero Herrera, al menos tres hermanos de Francisca Oliver García de los que no se dan los nombres, Manuel Reyes Oliver, el padre de Ana López, Martín Oliver García, José Perea García, Antonio García Meléndez, Manuel Riquelme Pérez, Salvador Mora Delgado, José Vera Pajares y Alfonso Pineda Fernández.

“Para todas estas personas: las dieciséis, las 98 y todas aquellas de las que aún ignoramos sus nombres, pero que siguen ahí bajo tierra sin nadie que las recuerde ni reclame, es nuestro recuerdo”, dijo el presidente del foro, que añadió. “Es nuestro pensamiento y es este sencillo homenaje. Ellos son nuestros muertos y vamos a hacer lo posible por recuperar sus restos, darles un entierro digno, conocer su historia y luchar para que se les haga justicia”.
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Andrés del Río.

Andrés del Río, vicepresidente del foro, explicó que en representación de todas las víctimas del fascismo en Jimena se le iban a entregar a dos mujeres, hijas de fusilados, un un pequeño obsequio: una ilustración de Andrés Vázquez de Sola que representa a García Lorca saliendo del cañón de una pistola que rompe el yugo y las flechas y alza en sus manos una paloma de la paz con un corazón rojo en el centro. Del Río contó luego la vida de Francisca Saraiba Acedo y le entregó un ramo de flores y la ilustración, con una dedicatoria para su padre. Francisca es hija de José Saraiba Saraiba, zapatero y guardia municipal en tiempos de la República, que fusilado en las tapias del cementerio de Jimena en febrero de 1937 tras el regreso a San Pablo de toda su familia desde Málaga.
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Bernardo Medina, colaborador del foro, entregó la siguiente distinción a su prima Francisca Téllez Medina, jimenata de San Pablo de Buceite que nació catorce días después que la Segunda República española, el 28 de abril de 1931. Francisca era hija de Sebastián Téllez Gavira y María Medina Bautista. Bernardo explicó que Francisca recuerda con precisión cómo iba a hombros de su padre camino de Málaga cuando medio San Pablo huyó cuando corrió la voz de que venían los moros. Su familia y el grupo con el que viajaba llegaron hasta San Pedro de Alcántara y de allí de vuelta a San Pablo, donde, al volver, su abuela materna descubrió que le habían quitado la panadería y sus padres que les habían robado la casa. Esa misma noche de febrero del 37 su padre fue fusilado junto a otros hombres. Su mujer, que estaba embarazada, se quedó viuda, igual que otras tres vecinas de San Pablo que estaban en cinta. Pasado el tiempo, unos funcionarios municipales visitaron a su madre y al resto de las viudas. Querían que firmaran unos papeles en los que se decía que sus maridos habían muerto de muerte natural. Ni su madre ni ninguna de las viudas firmó. Se quedaron sin pensión en tiempos de tanta hambre y miseria, pero no traicionaron a sus maridos ni a sus principios.
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Juan León Moriche, directivo del foro, fue el encargado de entregar la siguiente distinción a Luis Vega Sevillano, un vecino de Paterna de la Rivera de 90 años.  Luis tenía siete años el 19 de julio de 1936 cuando un grupo de  falangistas se llevó a su madre para asesinarla. Semanas más tarde fue su padre el ejecutado. Luis ha vivido siempre con el recuerdo de aquellos días amargos y lleva muchos años empeñado en que a sus padres se les haga justicia. Este verano pasado, el 16 de julio, se dio un entierro digno a los restos de ocho hombres y dos mujeres hallados en la exhumación realizada en 2015 impulsada por la Asociación de Recuperación de la Memoria de Paterna, la Junta y Diputación. Las pruebas de ADN habían dicho que ninguno de los cadáveres pertenecía al padre de Luis, Francisco Vega, o su madre, Catalina Sevillano, ambos entre las cuarenta personas asesinadas por los fascistas en Paterna tras el 19 de julio del 36. Luis ha tenido, al menos, la satisfacción de que otros diez compañeros y compañeras de sus padres ya han recibido el entierro que toda persona merece. Juan Luis Vega,  su hijo,  se lo repetía aquella mañana de verano en el cementerio: “Te prometí que nadie más iba a pisotearles”. Y así es. Los restos de los cadáveres rescatados están dignamente en pequeños ataúdes y enterrados juntos en un pequeño osario decorado con una bonita escultura.
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Jesús Román.

Andrés del Río recordó luego el importante trabajo realizado desde hace años por  Jesús Román Román, arqueólogo e historiador que fue quien coordinó la exhumación que dio origen a la Casa de la Memoria, la del cortijo Marrufo, donde se rescataron los cadáveres de 28 personas asesinadas. Del Río explicó que Román ha dirigido y excavado las fosas de Puerto Real, Grazalema, Torre Alháquime, El Bosque, Benamahoma, Benacazón, Higuera de la Sierra  y un largo etcétera. Y añadió: “Jesús es riguroso y perfeccionista en el trabajo pero tiene una humanidad tan grande que los hijos de las víctimas, las personas mayores que acuden a pie de fosa a consultarle, siempre encuentran en él buenos modos, interés, sensibilidad y una educación exquisita”. Andrés Rebolledo le entregó luego su ilustración de Vázquez de Sola.

Cecilio Gordillo.

El presidente del foro tomó luego la palabra para hablar de Cecilio Gordillo Giraldo. Como él dijo, una de las grandes personas que trabajan desde hace mucho en la recuperación de la memoria en Andalucía. “De esos a los que un poeta alemán llamaba los imprescindibles, una de esas personas que lleva toda la vida luchando, toda la vida entregado a la noble tarea de hacer una sociedad más justa, libre e igualitaria”, afirmó. Rebolledo recordó que Gordillo es fundador del grupo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía en el sindicato CGT. “Junto a otros compañeros historiadores como Ángel del Río, Francisco Espinosa, Fernando Romero o José Luis Gutiérrez Molina, Cecilio ha investigado y ha sacado a flote muchos aspectos olvidados de la historia, a veces ni siquiera escritos, y sobre todo han recuperado los horrores de la dictadura franquista”, añadió el presidente del foro que también recordó su experiencia en las exhumaciones y su papel de impulsor y mantenedor de Todos los nombres, la página web que lleva identificadas más de 101.000 personas represaliadas por el franquismo en Andalucía, Extremadura y el Norte de África, y que publica, hasta la fecha, 845 microbiografías y 1.483 documentos.
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Lucía Socam.

Acabados los homenajes, que estuvieron llenos de emoción sincera, llegó el momento de la música de la mano de Lucía Socam, la cantautora de Guillena que además es compañera muy activa en la lucha por la verdad, la justicia y la reparación. Ella participó en todo el proceso que llevó a la exhumación y el homenaje a las 17 rosas de Guillena, diecisiete mujeres que, detenidas en el verano del 36, fueron fusiladas en noviembre de 1937. Lucía empezó con una canción de Víctor Jara, El alma llena de banderas. Y continuó con un clásico suyo en el que recuerda que todas las personas, todos los muertos, tienen  nombres y apellidos. La cantautora emocionó y estremeció a los presentes con su voz tremenda y sus letras impactantes y verdaderas. Fue un excelente recital de guitarra y voz que gustó a todos los presentes.
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