Información del ayuntamiento de Jimena.
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La obra teatral "Floridos y Pensiles" se representará en el Centro Cultural Reina Sofía de la Estación de Jimena de la Frontera, el viernes 3, y en la Casa de la Cultura Enrique Tierno Galván de San Pablo de Buceite el sábado 4 de noviembre a las 20:30 h., en ambos sitios.
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Adaptación de Guillén-Yordi Graells, y algo de Eslava Galán…, y algo de cosecha propia del grupo
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REPARTO:
BRIONES. ………………. Antonio Martínez
TORRECILLAS ………… Alfonso M. Foronda
RUIZ …………………….. Luis Martín Mesa
GONZÁLEZ ……………. Ilde Gutiérrez
SÁNCHEZ. …………….. Jesús Carreño
MAESTRO ……………. Miguel Pereira
CURA…………………… Miguel Pereira
DON SEGUNDINO …… Ilde Gutiérrez
DOÑA JACINTA………. Encarna Cobo
ACOMODADOR ……… Miguel Pereira
FALANGISTA ………… Luis Martín Mesa
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Fuiste de glorias florido pensil
hoy reverdecen a un impulso juvenil.
Más información de la obra
Era una de las letras del Himno Nacional que aparecía en la Enciclopedia Álvarez. ¿Y qué era pensil? Vete a saber.
Nosotros lo cantábamos todo, los ríos y los golfos, la tabla de multiplicar, los límites de España, el prieta las filas y la cara al sol. Cantábamos a la entrada y a la salida y no había día que no saliéramos con un capón porque, en aquella escuela, la letra con sangre entra. Luego supimos que pensil o pénsil (el DRAE acepta las dos acentuaciones) es una palabra castellana procedente del latín pensilis (colgante -que cuelga, que pende, suspendido en el aire-), y que se aplica especialmente a los jardines (por la referencia histórica a los jardines colgantes de Babilonia). Pero luego, uno de aquellos alumnos, que llegó a ser profesor en la Facultad de Derecho de Granada, Andrés Sopeña Monsalve, allá por 1994, escribió un libro con ese título: El florido pensil. Memoria de la escuela nacionalcatólica, que cuenta las vicisitudes de una cuadrilla de muchachos sometidos a la absurda e ilógica brutalidad del sistema educativo de la España de posguerra. Esa escuela basada en el dogmatismo y la imposición de la autoridad mediante la disciplina y la adquisición rutinaria de los conocimientos por memorización, sin permitir la más mínima posibilidad de cuestionamiento ni crítica; y sin que la comprensión de lo aprendido importe realmente (el propio título hace referencia a una expresión incomprensible por el alumnado). Y todo ello, desde la nostalgia y la ingenuidad, usando la ironía como recurso para entender aquella España que “era una bendición de Dios” y que había sido puesta “en el mejor lugar del mundo, donde no hace ni mucho frío, ni mucho calor”.
En El florido pensil no faltan alusiones a referentes importantes de la época como el cine de barrio con su NODO, la iglesia y la prensa, pero también sintonías y canciones que han caracterizado a no pocas generaciones y han sido el caldo de cultivo de nuestra educación sentimental. Pero queremos decir, que, aunque la obra es una caricatura de la escuela franquista y se presenta como totalizadora, no todo fue así. No todos los maestros fueron autoritarios y, a pesar de la legislación y del contexto, la mayoría fomentó con rigor, una transmisión cultural de notable nivel y puso a muchos alumnos en el camino de la emancipación. Sin embargo, aunque sea una caricatura, puede cumplir un papel terapéutico, como sucede cuando uno al ver una antigua fotografía se distancia de ese pasado y no se reconoce en esa imagen. Claro que el extrañarse ante su imagen, no implica necesariamente que uno no se encuentre aún en ese marco. En efecto, nos extrañamos de aquel modelo de escuela, a pesar de la cual hemos sobrevivido. En fin, este «revival» no es historia, sino terapia y sobre todo ideología, porque nos oculta que muchas constantes de aquella escuela existen hoy, aunque no se manifiesten en la caricatura.
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