Juan González en el documental "La Sauceda, de la utopía al horror". |
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Nota de prensa del Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar.
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Juan González Ríos, superviviente del bombardeo y destrucción total de La Sauceda, hijo y hermano de fusilados por las tropas franquistas, falleció en la noche del miércoles 4 de octubre a los 89 años de edad en Cortes de la Frontera.
Su cuerpo fue incinerado ayer y sus cenizas serán depositadas por sus hijos y nietos este próximo domingo en el pequeño mausoleo de las víctimas del fascismo del cementerio de La Sauceda. Allí descansan los restos de su hermano mayor, Antonio, identificados tras los análisis de ADN realizados a los cadáveres hallados en las fosas de El Marrufo. Juan González Ríos, superviviente del bombardeo y destrucción total de La Sauceda, hijo y hermano de fusilados por las tropas franquistas, falleció en la noche del miércoles 4 de octubre a los 89 años de edad en Cortes de la Frontera.
El Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar lamenta profundamente su muerte, expresa sus condolencias a los familiares de Juan y les acompaña en el sentimiento de tristeza y pesar que les embarga en estos momentos. El foro quiere decirles que estará eternamente agradecido a Juan González, un hombre bueno y cabal que nunca olvidó a los suyos y que hizo una labor imprescindible en la recuperación de la memoria histórica en las provincias de Málaga y Cádiz.
Juan González Ríos era miembro de la Asociación de Familiares de Represaliados en La Sauceda y El Marrufo (Afresama) y un colaborador decisivo en la investigación histórica realizada por el foro antes de las exhumaciones realizadas en 2012 en el cortijo del Marrufo. Aquellos trabajos, que el propio Juan visitó en más de una ocasión, concluyeron con la localización de los restos de 28 personas allí asesinadas por las tropas franquistas entre noviembre de 1936 y marzo de 1937. Trece de ellas fueron identificadas, una de ellas el hermano mayor de Antonio. No aparecieron los restos de su padre, pero él estaba convencido de que tenían que estar en algún lugar de El Marrufo. Juan Ríos González ha sido uno de los más entusiastas protagonistas de todo el movimiento de recuperación de la memoria en torno a La Sauceda, un pueblo andaluz borrado del mapa para siempre, y El Marrufo, cortijo convertido en campo de concentración donde las tropas franquistas ejecutaban a los supervivientes.
Juan González Ríos contó todo lo que sabía a los historiadores coordinados por Fernando Sígler y también todo lo que sucedió a su familia en la guerra y la posguerra. Además participó también en el documental La Sauceda, de la utopía al horror, en el que aparece dando su testimonio delante del pórtico de la ermita de La Sauceda. Participó en el homenaje y funeral de los 28 cuerpos rescatados en el cementerio rehabilitado dela sauceda que se celebró el 1 de diciembre de 2012 y en marzo de 2014 asistió en la Escuela Politécnica de Algeciras al estreno del citado documental. El año pasado estuvo en Jimena en la inauguración de la Casa de la Memoria, donde se le vio feliz y animoso.
Juan González Ríos nació en 1928 en San José del Valle y cuando cumplió 9 años ya era huérfano de padre y hermano de dos jóvenes ejecutados por las fuerzas franquistas. El hermano que le precedía por edad, aún adolescente, murió acusado de haber prestado un pico a quienes cavaban una zanja para defender el pueblo tras la sublevación militar del 18 de julio. Los fascistas lo detuvieron y lo llevaron a Medina Sidonia, donde lo asesinaron. Su padre, Francisco González, y su madre, María Ríos, al saber lo que sucedió a su hijo, cargaron en mulos sus enseres, cogieron a los ocho hijos que les quedaban, y, desde San José del Valle, fueron a refugiarse en La Sauceda. Como otras muchas familias, huían del horror que a su paso iban sembrando las tropas traidoras a la República, pero pensaban que en poco tiempo aquel golpe de Estado sería sofocado y el orden restaurado.
Juan recordaba con claridad y precisión el día en que un avión tiró tres bombas sobre el poblado y cómo luego aparecieron otros tres aparatos sembrando el valle de explosiones y terror. Tras el bombardeo la familia se dividió: Un hermano huyó hacia Málaga y el matrimonio, las hijas, el mayor de los hermanos, Antonio, y Juan, que era el menor, volvieron a San José del Valle, pensando que la muerte de un hijo ya era suficiente castigo para su familia. Se presentaron en el cuartel de la Guardia Civil que envió a las mujeres y a Juan para su casa. El padre y su hijo mayor fueron detenidos y desaparecieron para siempre. Para su madre, sus hermanas y Juan comenzó una posguerra de privaciones, miedo y silencio. Un silencio que Juan González Ríos contribuyó a romper y que ya nunca más va a callar a quienes luchamos por la verdad, la justicia y la reparación.
Una de las últimas acciones que Juan hizo con el foro y Afresama fue solicitar al Ayuntamiento de Cortes que quitara el yugo y las flechas que adornan los azulejos de la fuente de los Cuatro chorros de este municipio. El Ayuntamiento respondió que no porque, a su juicio, no eran el símbolo de los fascistas sino el de los reyes católicos. El foro volvió a insistir con el argumento de que sea cual sea su origen son símbolos ofensivos para la mayoría del pueblo español y especialmente paras las víctimas de la represión y la dictadura franquistas, para las decenas de miles de personas cuyos padres, madres o abuelos murieron fusilados o pasaron años en la cárcel. Decíamos en nuestro escrito entonces que a nadie en Alemania se le ocurriría poner en una fuente una cruz gamada con el argumento de que es un símbolo de la cultura aria o hinduista anteriores a los nazis. Ningún alemán en su sano juicio dejaría de pedir, por esa razón, su retirada inmediata de cualquier monumento público. Por eso, el foro pide nuevamente al Ayuntamiento de Cortes, que en homenaje a un vecino tan querido como Juan, cumpla el deseo de Juan aunque sea a modo póstumo. Sería un buen homenaje a su persona y un bien para todo el pueblo.
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