Mañana viernes 7 de octubre representación del divertido monólogo teatral "Todas tenemos la misma historia" de Darío Fo, puesto en escena por la compañia Olor a Tablas.
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A las 6 de la tarde en la Casa de la Cultura Leopoldo de Luís de Jimena.
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A las 6 de la tarde en la Casa de la Cultura Leopoldo de Luís de Jimena.
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Organizado por la Diputación de Cádiz y el ayuntamiento de Jimena.
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Sinopsis:
“Todos Tenemos la Misma Historia”, de Darío Fo y Franca Rame, escenifica las siempre difíciles relaciones entre chicos y chicas. Relaciones, como decía con las chicas subalternas a los chicos, como ocurre casi siempre.
Cuando se interpreta este texto se escucha la risa de muchas chicas desde el público, pero se quiere ir más allá, no solo a escuchar la risa de los chicos sino luchar porque no llegue a destiempo y sin gracia. La relación ha cambiado, las chicas se ríen como siempre pero también ríen los chicos y no precisamente porque no sean como se les pintan en el escenario.
En este monólogo y como colofón hay también un cuento, que en su estructura se remite a los antiguos cuentos sicilianos, con todos sus ingredientes clásicos, el lobo, la bruja, es un momento surrealista: con algún que otro personaje que hay que indicar. Tenemos una niña guapa, buena, de ojos azules, y una muñequita de trapo que dice palabrotas. Estas dos figuras somos nosotras mismas de niñas. La niña dulce es esa parte de nosotras dócil, que se somete, que acepta; la muñequita de las palabrotas representa, en cambio nuestras rebeliones. El “gatazo rojo” es “el compañero”. El “lobo representa a todos esos personajes “varones” que nos oprimen desde la infancia, del padre al hermano, al chico-compi de clase etc… luego crecemos, las dos partes se funden, nos convertimos en una sola cosa, y llega la madurez, la toma de conciencia.
El espectáculo está construido en clave cómico, en grotesco. Se hace así con toda intención: ante todo porque las mujeres llevamos ya dos mil años llorando, y esta vez nos reímos, y a lo mejor hasta nos reímos de nosotras mismas. Para reírse hace falta inteligencia, agudeza. ¡En la carcajada se te abre la boca, pero también el cerebro, y en el cerebro se te clavan los clavos de la razón! Esperemos que después de la función, chicas y chicos vuelvan a su casa con la cabeza clavada.
En este monólogo y como colofón hay también un cuento, que en su estructura se remite a los antiguos cuentos sicilianos, con todos sus ingredientes clásicos, el lobo, la bruja, es un momento surrealista: con algún que otro personaje que hay que indicar. Tenemos una niña guapa, buena, de ojos azules, y una muñequita de trapo que dice palabrotas. Estas dos figuras somos nosotras mismas de niñas. La niña dulce es esa parte de nosotras dócil, que se somete, que acepta; la muñequita de las palabrotas representa, en cambio nuestras rebeliones. El “gatazo rojo” es “el compañero”. El “lobo representa a todos esos personajes “varones” que nos oprimen desde la infancia, del padre al hermano, al chico-compi de clase etc… luego crecemos, las dos partes se funden, nos convertimos en una sola cosa, y llega la madurez, la toma de conciencia.
El espectáculo está construido en clave cómico, en grotesco. Se hace así con toda intención: ante todo porque las mujeres llevamos ya dos mil años llorando, y esta vez nos reímos, y a lo mejor hasta nos reímos de nosotras mismas. Para reírse hace falta inteligencia, agudeza. ¡En la carcajada se te abre la boca, pero también el cerebro, y en el cerebro se te clavan los clavos de la razón! Esperemos que después de la función, chicas y chicos vuelvan a su casa con la cabeza clavada.
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Información de http://www.olivares.es/
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