En Alepo, norte de Siria, hace diez años vivían dos millones de personas, hoy no llegan a los cuatrocientas mil.
Unas veces bombardeada por los buenos y otras por los malos, allí la guerra va por barrios, cada esquina puede ser un escenario bélico y cualquier zahúrda una trampa mortal.
A diario, fuerzas regulares del presidente Bachar Al Asad, rebeldes del Ejército del Islam, del Frente Al Nusra e incluso mercenarios kurdos, mantienen enfrentamientos armados que se sabe cómo empiezan pero no cómo terminan.
Por eso, para sobrevivir, es fundamental estar al tanto, siempre y en cada momento, de con quién te la juegas. Si ante un tío con un subfusil al hombro que, amablemente, te toca el gorro -regalo de la abuela- no respondes con la sonrisa adecuada, con el saludo correcto o con el versículo del Corán verdadero, tus días pueden estar contados. Tengas la edad que tengas.
Dicen que la capacidad de los niños para aprender y para adaptarse a las circunstancias que les toca vivir es extraordinaria. Las calles de Alepo son un ejemplo.
2 comentarios:
Desde unos dias hay un acuerdo firmado entre americanos y rusos para no castigar mas a esta ciudad. veremos el tiempo que dura.
Según el Sr. Mata el gorrito de lana del niño es regalo de su abuela. Me pregunto, de quiendo es el regalo del fusil. Me cuesta trabajo diferenciar entre buenos y malos, lo que es evidente es quienes son los culpables de estas sangrientas matanzas y quienes los inocentes. Fdo.Paz.
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