domingo, 6 de marzo de 2016

La jimenata María Márquez cumple 100 años

Leído en Europa Sur. Posr su interés reproducimos esta noticia
"Ando chuchurría, pero bien"
María Márquez, vecina de Jimena de la Frontera, ha cumplido esta semana 100 años Su historia es el recuerdo de una generación forjada a sí misma con trabajo y esfuerzo
 
Y. OLIVARESzoom

En una sociedad en la que se vive pendiente de lo que sucede cada diez minutos, permanentemente enganchados a las notificaciones de nuestro smartphone, no puedo ni imaginar qué debe ser tener una perspectiva vital de nada más y nada menos que 100 años.


Cuántos recuerdos e imágenes debe albergar María Márquez, una vecina del Barrio Alto de Jimena de la Frontera que esta semana ha cumplido 100 años.

Cuánto vivido. Porque, si buscamos en las enciclopedias, ahora digitales, y el supertacañón del señor Google nos ilumina con su sabiduría, cuánto ha sucedido desde ese tres de marzo de 1916 en el que nació la pequeña María Márquez: guerras mundiales, guerras frías, civiles, monarquías, repúblicas, crisis económicas, desastres nucleares, genocidios, fenómenos naturales... Y mientras todo eso pasaba, ahí seguía ella, forjando su ahora vida centenaria. Una vida hecha a base de trabajo y esfuerzo, como la que le tocó vivir a su generación.

En el siglo XXI, y aunque con ciertas dificultades para oír a los demás, esta vecina del Barrio Alto jimenato mantiene su lucidez mental. Eso sí, se lamenta de los dolores que maltratan a sus pies y sus manos, aquejados por sus desgastados huesos. "Estoy chuchurría porque tengo que ir agarrándome a todo y con un bastón, pero la mente la tengo bien", cuenta María desde su salón.

Nacida en Jimena, esta mujer centenaria abandonó el pueblo para marchar a Ceuta cuando tenía 14 años porque, según dice, había mucha misera. Fue en la Ciudad Autónoma donde pasó la Guerra Civil: el peor de sus recuerdos -confiesa- cuando se le pregunta por lo vivido.

De padre carbonero y madre modista, el trabajo fue su única forma de progresar y lo hizo durante años en San Pedro de Alcántara y en fincas del monte de Jimena de la Frontera. Se casó con un viudo y tuvo a su hijo Francisco -que ya tiene 64 años-, que ahora ejerce de pies y manos de su anciana madre. "Nunca me creyeron, pero tuve un parto sin dolor y sin matrona", alega.

Durante la mayor parte de su vida trabajó como modista, como su madre, arreglando y cosiendo todo tipo de prendas. "Entonces los pantalones no se compraban hechos como ahora", apostilla. Autodidacta a la fuerza por carecer de una educación reglada, superó todos los obstáculos que el hilo y la aguja le ponían y lleva a gala haber confeccionado una colcha a mano sin ayuda alguna. Aprendió a leer y escribir desde muy jovencita y todavía pasea libros entre sus manos. Si se le pregunta, opina sobre temas tan de actualidad como el futuro de los jóvenes o la política. "A los jóvenes de hoy les falta cabeza, y entre los políticos no tengo muchas amistades por lo que no puedo opinar. Creo que van a lo suyo y no se preocupan por nadie", afirma María. Como ya anunció, María Márquez sigue lúcida.

Tan insigne cumpleaños ha tenido una merecida celebración junto a sus dos nietos y sus dos bisnietos. "Me trajeron muchas flores y vinieron muchos vecinos a verme", declara contenta.

Por la edad que atesora, es normal que quienes la conocen le pregunten por la receta para llegar a los cien años de vida. Como si de una buena psicóloga se tratara, la centenaria mujer aconseja que para vivir tantos años como ha hecho ella lo mejor es no irritarse. "No meterse con nadie, hacer lo que cada uno pueda, lo mejor posible, y siempre pensando en que los demás estén contentos. Yo siempre ayudo a todo el que puedo", explica.

Y así, entre pasos torpes, savanza esta madre y abuela. No pide muchos más años a la vida, aunque sí salud para vivirla.


¡Quien sabe lo que aún le queda por ver!

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