sábado, 18 de abril de 2015

"Destino", por Francisco Quirós "Pacurro"

El pasado 24 de marzo, todos nos quedamos sobrecogidos cuando tuvimos noticias del terrible siniestro aéreo, donde ciento cincuenta personas perdieron la vida.

La noticia ha sido más que difundida, no cabe incidir sobre ella. Valga este terrible suceso, para reflexionar si existe o no el destino, si está escrito de antemano el sino de las personas.

El siniestro tuvo su cara o caras y sus cruces. La cruz, en el grupo de estudiantes alemanes que a punto estuvieron de perder el fatídico vuelo, porque a una de las chicas se le había olvidado la documentación, seguro que alguno de los profesores inclusive sus compañeros le recriminarían el olvido, sin saber que ahí pudo estar salvar sus vidas.


Estoy completamente seguro que existieron más cruces, que desgraciadamente no sabremos, alguien a última hora cambiaria el vuelo, lo adelantaría o retrasaría para encontrar la muerte. El anverso de la moneda, lo encontramos en ese modesto equipo de fútbol sueco de origen kurdo, una vez en el aeropuerto del Prat decidieron cambiar el vuelo, o la historia del ejecutivo que por razones de salud y aconsejado por su señora optó por no subir a ese avión y posponer veinticuatro horas el vuelo.

Hay quienes piensan que la casualidad no existe, que todo lo que acontece es una sucesión de causas que desembocan en el hecho en sí. Por la contra otros, creencias religiosas aparte, opinan que existe algo sobrenatural que influye en la ventura o desventura de los seres humanos. A fuerza de ser sinceros, ¿A que muchas veces nos han acontecido hechos, que por lo más remoto pensábamos que ocurriesen? Dando la sensación que estaba escrito de antemano en un imaginario libro.

No pretendo filosofar, solo que reflexionemos, si nada es casual, que todo es causal. Que la casualidad es una quimera, que las cosas suceden motivadamente, que nada es por azar o todo lo contario.
Daré mi opinión me mojaré. A veces algunos valoramos en demasía la casualidad, el destino, la suerte o fatalidad. Pero en otras ocasiones, si pienso que no todo tiene su explicación lógica, que estábamos predestinados para que en nuestras vidas sucediesen determinados episodios buenos y malos


¿Estaba escrito que ciento cuarenta y nueve personas, encontraran la muerte, porque un trastornado así lo decidiera?

Ahora más que nunca recuerdo una frase de mi abuela, cuando a alguien le sucedía algún percance grave. Su respuesta era siempre la misma, ¡Era su sino!

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