Leído en Hablando República. Por su interés reproducimos este artículo.
Mariano Rajoy: "Yo lo que no llevo en mi programa, no lo hago"
Mariano Rajoy y su equipo de saqueadores acaban de terminar su esfuerzo por incumplir todas (TODAS) sus promesas electorales. Parecía difícil pero su determinación y tesón han podido contra cualquier adversidad.
No voy a detallar todas y cada una de las promesas incumplidas porque eso ya lo han hecho múltiples blogueros y periodistas. Pero a estas alturas todo lo que sigan haciendo, será innovar y reafirmar más sus mentiras.
Mariano Rajoy: "Yo lo que no llevo en mi programa, no lo hago"
Mariano Rajoy y su equipo de saqueadores acaban de terminar su esfuerzo por incumplir todas (TODAS) sus promesas electorales. Parecía difícil pero su determinación y tesón han podido contra cualquier adversidad.
No voy a detallar todas y cada una de las promesas incumplidas porque eso ya lo han hecho múltiples blogueros y periodistas. Pero a estas alturas todo lo que sigan haciendo, será innovar y reafirmar más sus mentiras.
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*** Vídeo recopilatorio con todas las mentiras del PP.
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Hay muchas cosas que rompen la unión entre los políticos y sus supuestos representados: el pueblo. Las diferencias entre lo que predican para el conjunto de la ciudadanía y lo que ellos mismos hacen son abismales y la forma en la que se benefician de su situación es lo más obsceno que podríamos imaginar nunca.
Hay muchas cosas que rompen la unión entre los políticos y sus supuestos representados: el pueblo. Las diferencias entre lo que predican para el conjunto de la ciudadanía y lo que ellos mismos hacen son abismales y la forma en la que se benefician de su situación es lo más obsceno que podríamos imaginar nunca.
Pero centrémonos en como dichos políticos obtiene esa posición, como llegan a "representar" al pueblo.¡
Si yo tuviera una empresa, por ejemplo un restaurante, sería posible que mucha gente ofreciera sus servicios a mi negocio y seguramente tendrían que competir entre ellos. Imaginemos, que varias personas se ofrecen a suministrarme productos cárnicos y finalmente me decido por el que me ofrece la mejor carne de los mejores cortes a un precio imposible de rechazar. Éste me suministrará el producto de la forma en que hemos negociado. Sin embargo, ya el primer día de servicio observo que la pieza no es tan buena como me dijo y su precio es más elevado de lo que habíamos pactado. En pocos días me doy cuenta que me está suministrando carne podrida a precios de solomillo.
Es obvio que al darme cuenta de que la situación real no tiene nada que ver con lo pactado, sólo tengo dos caminos: Obligarle a que cumpla su palabra o cambiar de suministro. Sin más tonterías, o cumples o adiós.
Al parecer eso no podemos hacerlo con los políticos que nos ofrecieron una serie de promesas y cuando obtienen el poder para ponerlas en práctica, hacen exactamente lo contrario a lo prometido. No es que lo intenten y no les salga, es que automáticamente ejecutan las medidas opuestas a las prometidas.
Mariano Rajoy, nuestro efímero (espero) Presidente, se justifica con frases como “Quien me ha impedido cumplir mi programa ha sido la realidad”, que demuestran su inutilidad, como mínimo, al no haber sabido analizar la situación antes. Viene a decir que no sabía en que se metía. "Si no sabes, pa que te metes", como decía mi abuela.
Pero sigamos con la base de todo esto: el incumplimiento de promesas electorales. Ya sabemos que las leyes las hacen personas que no quieren cumplirlas pero se esforzarán en que nosotros sí lo hagamos. Pero a veces estas leyes pueden ser incomodas, incluso para ellos.
Existe una Ley que se llama LOREG (Ley Orgánica para la Regulación de Elecciones Generales) que sirve para regular todo lo que rodea a un proceso de Elecciones Generales. En ella se habla de que un partido que obtiene el poder en base a unas promesas que incumple sistemáticamente, ha utilizado "propaganda maliciosa".
En teoría, se podrían impugnar unas elecciones generales si se aplica el concepto de "fraude electoral", según las sentencia del Tribunal Constitucional 24/1990 y 25/1990, (recursos referidos al art. 113 de la LOREG, conforme a la redacción dada al mismo por la Ley Orgánica 8/1991, de 13 de marzo. Lo que no sabemos es a que espera dicho tribunal a emprender un proceso contra el Gobierno, siendo el fraude tan evidente.
Tenemos dos casos de tribunales inferiores que quitan la razón al Tribunal Constitucional, cosa que, a mi parecer, no puede ser al ser el Constitucional una instancia superior
La Audiencia Provincial de Madrid establece que no se puede demandar a los partidos políticos por incumplimiento del programa electoral, ya que las promesas no constituyen un contrato que obligue a las partes. Es una patraña, porque en base a estas promesas consiguen el poder. ¿Cómo que no es un contrato? Claro que sí y debe ser vinculante. No hay esfuerzo por cumplirlo, sino mala fe por incumplirlo en su totalidad.
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dice que el programa electoral no es vinculante porque un partido político no es una empresa que ofrezcan servicios y el voto no es obligatorio. Si un partido político no es una empresa, ¿por qué se comporta como tal? Otro tribunal que defiende a sus amos y ampara sus mentiras y falsedades. ¿Cómo explicar esto a la ciudadanía, sin esperar una respuesta del tipo ¡Sinvergüenzas!?
La frontera entre determinados políticos y la ciudadanía es evidente. En este país las promesas son gratuitas, nadie asume sus errores, nos mienten y seguimos votando.
No ocurre lo mismo en otros países: En Holanda las promesas electorales de los partidos se auditan para prevenir que se incumplan. En Reino Unido y en Japón, hay casos de dimisiones por no poder cumplirlas. Pero España siempre es diferente.
Recientemente Izquierda Unida, presenta una moción para controlar el contenido de los programas electorales que incluye la posibilidad de revocar la legitimidad de un Gobierno. También piden reformar la Ley de Referéndum para introducir la obligatoriedad del Presidente del Gobierno de someter a consulta las cuestiones que afectan a derechos económicos, sociales y laborales. Es un camino acertado que acercaría la política a los ciudadanos.
Pero me gustaría insistir en la invalidez de este Gobierno y en la posibilidad de realizar una demanda al Tribunal Constitucional o a otra instancia, para revocar a este Gobierno y establecer un proceso de elecciones generales. Incluso un nuevo proceso constituyente.
Desde aquí animo a gente con más conocimientos jurídicos a que se implique y observe la posibilidad. Sinceramente creo que existe. Y además es necesario si queremos que no acaben con todo.
Tres años quedan.
Artículo realizado por @P_A_R_ - Sección de Libre Publicación.
Es obvio que al darme cuenta de que la situación real no tiene nada que ver con lo pactado, sólo tengo dos caminos: Obligarle a que cumpla su palabra o cambiar de suministro. Sin más tonterías, o cumples o adiós.
Al parecer eso no podemos hacerlo con los políticos que nos ofrecieron una serie de promesas y cuando obtienen el poder para ponerlas en práctica, hacen exactamente lo contrario a lo prometido. No es que lo intenten y no les salga, es que automáticamente ejecutan las medidas opuestas a las prometidas.
Mariano Rajoy, nuestro efímero (espero) Presidente, se justifica con frases como “Quien me ha impedido cumplir mi programa ha sido la realidad”, que demuestran su inutilidad, como mínimo, al no haber sabido analizar la situación antes. Viene a decir que no sabía en que se metía. "Si no sabes, pa que te metes", como decía mi abuela.
Pero sigamos con la base de todo esto: el incumplimiento de promesas electorales. Ya sabemos que las leyes las hacen personas que no quieren cumplirlas pero se esforzarán en que nosotros sí lo hagamos. Pero a veces estas leyes pueden ser incomodas, incluso para ellos.
Existe una Ley que se llama LOREG (Ley Orgánica para la Regulación de Elecciones Generales) que sirve para regular todo lo que rodea a un proceso de Elecciones Generales. En ella se habla de que un partido que obtiene el poder en base a unas promesas que incumple sistemáticamente, ha utilizado "propaganda maliciosa".
En teoría, se podrían impugnar unas elecciones generales si se aplica el concepto de "fraude electoral", según las sentencia del Tribunal Constitucional 24/1990 y 25/1990, (recursos referidos al art. 113 de la LOREG, conforme a la redacción dada al mismo por la Ley Orgánica 8/1991, de 13 de marzo. Lo que no sabemos es a que espera dicho tribunal a emprender un proceso contra el Gobierno, siendo el fraude tan evidente.
Tenemos dos casos de tribunales inferiores que quitan la razón al Tribunal Constitucional, cosa que, a mi parecer, no puede ser al ser el Constitucional una instancia superior
La Audiencia Provincial de Madrid establece que no se puede demandar a los partidos políticos por incumplimiento del programa electoral, ya que las promesas no constituyen un contrato que obligue a las partes. Es una patraña, porque en base a estas promesas consiguen el poder. ¿Cómo que no es un contrato? Claro que sí y debe ser vinculante. No hay esfuerzo por cumplirlo, sino mala fe por incumplirlo en su totalidad.
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dice que el programa electoral no es vinculante porque un partido político no es una empresa que ofrezcan servicios y el voto no es obligatorio. Si un partido político no es una empresa, ¿por qué se comporta como tal? Otro tribunal que defiende a sus amos y ampara sus mentiras y falsedades. ¿Cómo explicar esto a la ciudadanía, sin esperar una respuesta del tipo ¡Sinvergüenzas!?
La frontera entre determinados políticos y la ciudadanía es evidente. En este país las promesas son gratuitas, nadie asume sus errores, nos mienten y seguimos votando.
No ocurre lo mismo en otros países: En Holanda las promesas electorales de los partidos se auditan para prevenir que se incumplan. En Reino Unido y en Japón, hay casos de dimisiones por no poder cumplirlas. Pero España siempre es diferente.
Recientemente Izquierda Unida, presenta una moción para controlar el contenido de los programas electorales que incluye la posibilidad de revocar la legitimidad de un Gobierno. También piden reformar la Ley de Referéndum para introducir la obligatoriedad del Presidente del Gobierno de someter a consulta las cuestiones que afectan a derechos económicos, sociales y laborales. Es un camino acertado que acercaría la política a los ciudadanos.
Pero me gustaría insistir en la invalidez de este Gobierno y en la posibilidad de realizar una demanda al Tribunal Constitucional o a otra instancia, para revocar a este Gobierno y establecer un proceso de elecciones generales. Incluso un nuevo proceso constituyente.
Desde aquí animo a gente con más conocimientos jurídicos a que se implique y observe la posibilidad. Sinceramente creo que existe. Y además es necesario si queremos que no acaben con todo.
Tres años quedan.
Artículo realizado por @P_A_R_ - Sección de Libre Publicación.
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