El Belén Viviente de Los Ángeles pone el broche a las celebraciones de la Víspera de Reyes

Nota de prensa del Ayuntamiento de Jimena.

Se ha convertido en una de las tradiciones más arraigadas de la Navidad en Jimena de la Frontera. El Belén Viviente de Los Ángeles, que cada año pone el broche de oro a las festividades navideñas en la población, cada año cuenta con más seguidores. Hoy no fue una excepción, a pesar del frío y de la amenaza de lluvia.

Como cada año, voluntarios y colaboradores acudieron a la llamada de la Asociación Cultural El Patio Chato y la Delegación Municipal de Los Ángeles para recrear, de la forma más fidedigna posible, el entorno del portal de Belén.
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No faltaron ninguno de los personajes habituales en este tipo de escenografías, desde los gremios al uso (pastores, lavanderas, hilanderas...) hasta la Virgen y el Niño, sin olvidar los animales, que en este Belén Viviente también son de verdad.
Aunque los voluntarios de la organización llevaban todo el día atareados con el montaje del portal, la representación abría sus puertas poco después de las 18.00 horas y los primeros curiosos se acercaban para conocer las novedades que este año presentaba el Belén.
Al mismo tiempo, los organizadores habían comenzado a recepcionar las inscripciones para los regalos que posteriormente entregarían los Reyes Magos a los niños de la localidad.
La Cabalgata que acercaba a Sus Altezas Reales al portal realizó un recorrido por las calles Castellar, San Roque y travesía antes de de finalizar justo a las puertas del parque Práxedes Gómez.
Era uno de los momentos más esperados de la noche. Los tres Reyes Magos cumplieron con la tradición de adorar al Niño Jesús y, posteriormente, dio comienzo la entrega de regalos a los niños de la localidad. Uno a uno, SSMM fueron llamando a los pequeños, quienes, algunos con más miedo que otra cosa, se fueron acercando a recoger el primero de sus juguetes de Reyes.
Con ello, a los pequeños ya sólo les quedaba regresar a casa e intentar conciliar el sueño lo más pronto posible a la espera de que los Reyes culminaran su trabajo de cada año en la noche más mágica del año.