Nos llena de preocupación que el conocido como borrador del POTCG (Plan de Ordenación del Territorio del Campo de Gibraltar), diseñe y proponga para las márgenes de los ríos Palmones, Guadarranque, e incluso para los de régimen torrencial como el río Guadalquitón y Borondo, parques fluviales coincidentes con las zonas inundables, y se olvide de los márgenes del río más caudaloso, el Guadiaro, en el cual la zona inundable desaparece, así como la delimitación de ”Parque Fluvial” justamente en las zonas donde es manifiesto que se quieren desarrollar actividades urbanizadoras de importancia, como son el margen izquierdo de la carretera a San Martín del Tesorillo y la antigua zona lagunar todavía existente en la desembocadura, entre la Marina de Sotogrande y la Carretera A-7.
Decimos antigua zona lagunar porque, debido a las múltiples modificaciones de los suelos (recrecidos de las huertas originales por aportación de las arenas procedentes de los canales de La Marina), el área está sufriendo una transformación morfológica profunda, extremo este que ya fue denunciado en su día por esta Asociación sin haber obtenido respuesta.
La zona que se pretende incorporar a la delimitación de los suelos inundables pertenece a la antigua zona de descarga del río, en donde, con los regimenes de crecidas propios de las estaciones de lluvias, se producían afloramientos de agua dulce.
El taponamiento de los suelos de descarga natural frente a una avenida, provoca, como ya se ha observado, la inundación de las huertas por encima del puente de la carretera A-7 hacia San Enrique de Guadiaro, y en ambos margenes del río.
No se puede olvidar que la acción inmobiliaria sobre suelos inundables produce siempre reacciones indeseables a terceros como inundación de sótanos en apartamentos playa en Sotogrande y corte de calles, con aumento del nivel delagua de hasta 50 cm. sobre la rasante en el conjunto de La Marina.
El POTCG sorprendentemente no contempla mayores protecciones en la formación paisajística de la vega, dejando sobre todas las faldas que sobre ella vierten la posibilidad de actuar urbanísticamente, y quedando estas zonas sin protección coincidentes con fincas sobre las cuales se conocen presiones inmobiliarias.
De todo lo anterior podemos fácilmente deducir que los criterios objetivos que deberían presidir un planeamiento director como el que se pretende han sido substituidos por otros subjetivos, donde la titularidad de los suelos y los intereses particulares son los auténticos definidores del territorio.
El documento aquí analizado en su propuesta para el entorno del río Guadiaro es tan “alucinante” en sus proposiciones que delimita, por ejemplo, los búnkers, y parece que se olvida de las zonas arqueológicas de alto valor de Barbésula, Guadalquitón, Borondo y yacimientos en playa y junto a la desembocadura.
Por todo ello, conjuntamente la Asociación ALDEPAMA y Ecologistas en Acción solicitan que sea reconsiderado el documento que se pretende presentar, y se abra para su elaboración un proceso de participación en el que ciudadanos y asociaciones puedan tener la misma que propietarios y administraciones.
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