Lucía Álvarez Howard, "La Piñona", se presentó el viernes en el Festival Flamenco de la Estación de Jimena convertida en toda una realidad del baile flamenco. La artista jimenata, a la que hasta ahora había perseguido siempre la coletilla de "joven promesa", había sido elegida para cerrar la vigésimo octava edición de esta cita flamenca ante sus paisanos y no defraudó ni a sus seguidores habituales ni a los buenos aficionados al flamenco de la localidad.
Su actuación, acompañada por su grupo de dos cantaores, palmero y percusionista, dejó un muy buen sabor de boca y la sensación de que "La Piñona" está preparada para afrontar cuantos retos quiera acometer en el mundo del baile de ahora en adelante.
-Lucía Álvarez "La Piñona". Pinchar en la foto para ver el album compelto-
Lucía mostró un interesante repertorio de registros en un espectáculo que se prolongó por más de una hora y en el que hubo lugar para tres cambios de vestuario.
La velada comenzó pasadas las 23.30 horas en una calurorsísima noche en la que después de la medianoche aún se registraban más de 30 grados centígrados. La Caseta Municipal, instalada en el parque Práxedes Gómez, registró una buena entrada de público para asistir a un festival que, como se encargó de recodar el conductor del acto, José María Macías, también ha tenido que adecuarse a la actual época de crisis. En cualquier caso, Macías recordó que "si algo identifica a este Festival es la forma en que aquí se escucha el flamenco, algo muy valorado por los artistas". Así, recordó la última actuación de Chano Lobato en Jimena antes de su fallecimiento en la que "a pesar de la poca voz que ya tenía, se arrancó a capella y el público jimenato respondió permitiendo que todos oyeran al maestro".
La organización del festival rindió un reconocimiento público durante el descanso al propio Macías, colaborador habitual del festival desde hace lustros. El alcalde, Pascual Collado, le hizo entrega de una placa en reconocimiento por su labor.
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-David Palomar. Pinchar en la foto para ver el album completo-
Aires de Cádiz
No faltó calidad sobre el tablao ni buenas sorpresas. Abría la noche Selu de Cádiz y su grupo de guitarrista, palmeros y bailaora, con su particular estilo de cantes festivos típicamentes gaditanos, entre los que no faltaron las alegrías.
Su actuación sirvió para terminar de crear un interesante ambiente entre el público asistente, que terminó de romper con la siguiente actuación, la de David Palomar, quien supuso la sorpresa más agradable de la noche.
A pesar de iniciar su actuación con unas sobrias seguiriyas, el joven cantaor gaditano pronto se internó por sendas más alegres. Uno de los momentos más sentido se vivió con el particular homenaje rendido por el cantaor a su paisano Chano Lobato. Los aires de Cádiz que presidieron toda la velada se hicieron entonces más patentes, pasando de las alegrías a las bulerías de Cádiz o incluso los tanguillos, donde no faltó incluso alguno de carnaval.
Palomar demostró dominar palos y estilos muy opuestos, lo que terminó por levantar al público de sus asientos, protagonizando una de las mayores ovaciones de la noche y obligando al artista a un bis a capella por bulerías.
Eran casi las 2 de la madrugada, comenzaba a refrescar un poco, cuando Lucía Álvarez se subía lentamente sobre el escenario. A los aficionados les supo a poco el Festival de este año. Señal de calidad.
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