El carnaval de San Pablo, prohibido desde la Guerra Civil por el franquismo, resurgió ya instaurada la democracia en los primeros años ochenta, como ocurrió en otros pueblos y ciudades de nuestra comarca y de toda España.
Esta primera chirigota quiso rendir, en el tipo y en las letras, un homenaje a esos hombres que han forjado en gran medida la historia económica de este pueblo: Los naranjeros.
Ataviados con las botas de agua, los vaqueros, el chalequillo y el pañuelo en la cabeza, estos hombres recogen el fruto más preciado de nuestras vegas. De esto vive la mayoría de las familias de San Pablo de Buceite: de la naranja. Años más tarde la organización del carnaval decidió crear una imagen representativa del carnaval de San Pablo, el famoso Clementino, como reconocimiento a la importancia del sector cítrico en la vida de este pueblo.
Los naranjeros tuvieron un éxito formidable aunque el repertorio era corto. La música para los pasodobles y los cuplés fue copiada de una chirigota gaditana aunque el popurrí si fue original de la agrupación.
Cabe destacar la presencia entre los chirigoteros de José Saraiba Calvente "Chester" al que indudablemente hay que nombrar, ya que fue una excelente persona que desbordaba humanidad por los cuatro costados y que aportaba al grupo una imagen chirigotera y de risa sana, que isn temor a equivocarnos, ha sido la seña de identidad de esta agrupación desde sus comienzos.
Por tus huertas de naranjos
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-Arriba: Carlos Gil, Javier Gil, Eladio Pérez, Angel Benitez, José Luis Medina, y Plácido Muñoz. Abajo: Salvador Zarzuela, Ambrosio Rubio, Bernardo Sánchez y Alfonso Rubio-
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-Los Jargarines, primera agrupación de San Pablo de Buceite, con su chirigota en 1984-
Pasodobe de Los Jalgarines de 1983 dedicado a San Pablo:
Cuando el mundo se hizo, cayó un rayito del cielo
Iluminando a mi pueblo, que es lo que yo más quiero
En la provincia de Cádiz hay un tesoro señora,
Entre el Cerro Velatorio y el Puerto de la Autora.
El Guadiaro al pasar, llora cuando deja la orilla,
De la Piedra y de la Barca, que son las mil maravillas.
Cuando el Guadiaro ve a San Pablo, quisiera quedarse a su lado,
pero le empujan las aguas que bajan desde El Corchado.
San Pablo el de los verdes naranjos,
el de las hermosas calles, el del río Guadiaro.
San Pablo donde valen un millón,
sus mujeres tan bonitas y la tienda de Carrión.
Y olé.
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-El alcalde Luis Medina entrega una placa conmemorativa a las dos chirigotas tras su actuación en 1985-
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