El último vuelo de Iberia desde Gibraltar se suspendió por el mal tiempo
El aeropuerto de la colonia recibió una inversión de la UE de 60 millones
El Campo de Gibraltar y sus relaciones con la colonia británica del Peñón han protagonizado miles de estudios, debates y negociaciones diplomáticas al más alto nivel. Pero poco es lo que ha cambiado para los que allí viven. Ayer era un día triste para los habitantes del Campo de Gibraltar. Y el clima del Estrecho se encargó de convertirlo en grotesco. Las razones económicas de Iberia habían decidido que ayer acabara el enlace aéreo entre Madrid y la colonia que se vendió como triunfo diplomático. Pero ni eso llegó a hacer la línea aérea española. Las alrededor de 50 personas -no se dio el número real "por razones de seguridad"- que esperaban volar a Madrid lo que se subieron fue a un autobús para tomar un avión desde Málaga. Coma casi siempre, la imagen que quedó a la altura del betún fue la de España.
La gibraltareña Margot, que reside en Tenerife, se quejaba de la dificultad que se le añade ahora para viajar entre la colonia en la que nació y la isla en la que decidió vivir. Manuel regresaba a Madrid tras asistir a una boda en la zona. Era su primer viaje desde Gibraltar y no acertaba a comprender por qué se suspendía ese enlace al que presumía un valor estratégico sobre todo para los intereses españoles.
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Y es que el fracaso comercial -no ha superado el 50% de la ocupación en ninguno de los vuelos de los Airbus 319 dedicados a la ruta- del acuerdo diplomático alcanzado en octubre de 2006 entre España, Reino Unido y su colonia, tan sólo ha beneficiado a los intereses del Peñón. El compromiso se acogió como uno de los más importantes en relación a los acuerdos de "buena vecindad" en el seno del Foro Tripartito de diálogo, conlleva una obra de ingeniería en la que se van a invertir hasta 60 millones de eurosen territorio gibraltareño. "El acuerdo se mantiene y sólo una decisión comercial no puede echar por tierra todo el trabajo realizado por los miembros del Foro", señaló la pasada semana el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana.
Los movimientos de tierra se suceden en el lado gibraltareño de la verja, para construir una terminal aeroportuaria que se extenderá sobre una superficie de 20.000 metros cuadrados, frente a los 5.000 de que dispone la actual. Una atractiva y moderna estructura de cristal, de dos plantas, en la que se situarán oficinas, los dispositivos para la seguridad y control de los pasajeros y otros servicios como cafeterías sobre una planta inferior destinada a la entrada de pasajeros y a la facturación del equipaje.
El tiempo dirá si esta importante infraestructura servirá para que se reactive el acuerdo político sobre el uso conjunto del aeropuerto de Gibraltar que ha quedado un tanto en entredicho a causa de la decisión que anoche Iberia hizo efectiva al retirar su enlace aéreo con Madrid.
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