Leído en el diario Málaga Hoy. Por su interés reproducimos esta noticia.
CARLOS J. GARCÍA
Los 438 habitantes de Jimera de Líbar están indignados por el dantesco espectáculo descubierto el viernes en el río Guadiaro. Desde la zona del nacimiento hasta pasados los molinos de Jimera son miles los peces que flotan muertos, barbos en su mayoría, muchos de hasta cinco y seis kilos de peso.
Tres operarios de la empresa de Gestión Medioambiental de la Junta de Andalucía (Egmasa), se afanaban ayer en retirar los peces. A media mañana habían apilado decenas de bolsas en la zona junto a la presa de la Venta del Rey, una vía pecuaria junto a la ribera del río. Aseguraron tener trabajo para otras dos semanas.
En el pueblo dicen que no se ve nada igual desde hace unos 15 años, cuando unos vertidos provocaron una mortandad similar de peces. Y por eso, en mitad de la indignación, nadie cree algunas de las explicaciones dadas al Ayuntamiento por los agentes de Medio Ambiente, que señalan como causa de la muerte de los peces los lodos removidos por la tromba de agua que cayó este jueves pasado en Ronda: "No creemos que pueda deberse a eso, porque no ha ocurrido nunca antes", declaró ayer la alcaldesa de la localidad, Maite Domínguez (PP). En el pueblo todo el mundo vuelve a quejarse de las granjas y las industrias que hay río arriba, y señalan a una espesa espuma blanca cuyos restos aún quedaban ayer en muchas de las zonas del río: "Huele a productos químicos", señaló un vecino. "Los peces no venían muertos desde las zonas altas del río; muchos estaban aquí agonizando", añadió la alcaldesa, que señaló la indignación de su pueblo: "Han destrozado el ecosistema del río. Todo está muerto".
Miguel Arquillos, encargado de mantenimiento del alojamiento rural Molino la Flor, donde quedaron muchos de los peces, señaló que "las nutrias, los martines pescadores y garzas reales que había aquí, si es que no han muerto ya después de comer estos peces, se habrán marchado". Lleva seis años trabajando allí y comenta que "nunca" ha visto nada igual.
Y es que, esta vez, los peces llegaron incluso hasta las acequias que, paralelas al río, llevan agua hasta los Molinos; buscando oxígeno hasta perecer también en ellas.
La regidora aprovechó, al fin, para exigir "hechos" a la Junta de Andalucía: "La depuradora de Ronda está acabada, pero es que ahora faltan la de los otros pueblos del Parque Natural Sierra de Grazalema, comenzando por Benaoján y siguiendo por Motejaque, Jimera y Cortes. El delegado de Medio Ambiente dijo que se inaugurarían en 2005, y aún no están listos ni los anteproyectos. Es una vergüenza", dijo, para concluir: "Lo peor de todo es que vean esto como un hecho normal".
Los 438 habitantes de Jimera de Líbar están indignados por el dantesco espectáculo descubierto el viernes en el río Guadiaro. Desde la zona del nacimiento hasta pasados los molinos de Jimera son miles los peces que flotan muertos, barbos en su mayoría, muchos de hasta cinco y seis kilos de peso.
Tres operarios de la empresa de Gestión Medioambiental de la Junta de Andalucía (Egmasa), se afanaban ayer en retirar los peces. A media mañana habían apilado decenas de bolsas en la zona junto a la presa de la Venta del Rey, una vía pecuaria junto a la ribera del río. Aseguraron tener trabajo para otras dos semanas.
En el pueblo dicen que no se ve nada igual desde hace unos 15 años, cuando unos vertidos provocaron una mortandad similar de peces. Y por eso, en mitad de la indignación, nadie cree algunas de las explicaciones dadas al Ayuntamiento por los agentes de Medio Ambiente, que señalan como causa de la muerte de los peces los lodos removidos por la tromba de agua que cayó este jueves pasado en Ronda: "No creemos que pueda deberse a eso, porque no ha ocurrido nunca antes", declaró ayer la alcaldesa de la localidad, Maite Domínguez (PP). En el pueblo todo el mundo vuelve a quejarse de las granjas y las industrias que hay río arriba, y señalan a una espesa espuma blanca cuyos restos aún quedaban ayer en muchas de las zonas del río: "Huele a productos químicos", señaló un vecino. "Los peces no venían muertos desde las zonas altas del río; muchos estaban aquí agonizando", añadió la alcaldesa, que señaló la indignación de su pueblo: "Han destrozado el ecosistema del río. Todo está muerto".
Miguel Arquillos, encargado de mantenimiento del alojamiento rural Molino la Flor, donde quedaron muchos de los peces, señaló que "las nutrias, los martines pescadores y garzas reales que había aquí, si es que no han muerto ya después de comer estos peces, se habrán marchado". Lleva seis años trabajando allí y comenta que "nunca" ha visto nada igual.
Y es que, esta vez, los peces llegaron incluso hasta las acequias que, paralelas al río, llevan agua hasta los Molinos; buscando oxígeno hasta perecer también en ellas.
La regidora aprovechó, al fin, para exigir "hechos" a la Junta de Andalucía: "La depuradora de Ronda está acabada, pero es que ahora faltan la de los otros pueblos del Parque Natural Sierra de Grazalema, comenzando por Benaoján y siguiendo por Motejaque, Jimera y Cortes. El delegado de Medio Ambiente dijo que se inaugurarían en 2005, y aún no están listos ni los anteproyectos. Es una vergüenza", dijo, para concluir: "Lo peor de todo es que vean esto como un hecho normal".
No hay comentarios:
Publicar un comentario