Leído en el Diario sur. Por su interés reproducimos esta noticia.
Felipe González, ex presidente del Gobierno de España y presidente de la Fundación Progreso Global, fue ayer el invitado de excepción en el X Encuentro de Periodistas Campo de Gibraltar-Norte de Marruecos, que desde la tarde del jueves se viene celebrando en Castellar. González mantuvo con los periodistas de la Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar y con los de la Federación de Periodistas del Norte de Marruecos una charla-coloquio en la que ofreció su particular visión sobre 'Las relaciones hispano-marroquíes'.
González, que en varios momentos sacó a colación su compromiso «no racional» y de afecto con Marruecos, hilvanó durante su ovacionada intervención algunas de las cuestiones que, según dijo, más vienen preocupándole desde hace años, tras su retirada del poder: la globalización, la revolución tecnológica, la necesidad del diálogo y de entender al otro, «al que piensa diferente», las crisis energéticas y los flujos migratorios.
Asimismo, y tras definirse a sí mismo como «un optimista escarmentado, pero no un pesimista», se mostró esperanzado, aunque «impaciente» con el actual crecimiento de Marruecos y los esfuerzos de apertura y modernización que en el vecino país magrebí se vienen realizando en los últimos años. «Yo ahora, cuando voy a Marruecos, me impaciento. Y me tenéis que perdonar que lo diga, pero es que me gustaría que el ritmo de desarrollo fuera más rápido», comentó, dirigiéndose especialmente a los miembros de la delegación marroquí.
No obstante, insistió en que «cada sociedad, cada país, tiene que seguir su propio camino», y advirtió que en este sentido no hay nada, ni siquiera la democracia, que se pueda importar, «aunque algunos pretendan hacerlo en Irak a cañonazos».
«La verdadera razón de ser del diálogo es la de escuchar las razones del otro para tratar de comprenderlo», comentó el ex presidente del Gobierno español, para a continuación, pasar a hacer una reflexiva defensa de los flujos migratorios. «Lo que está pasando con la emigración no es sino el reflejo de que todos los seres humanos tenemos básicamente las mismas aspiraciones. Los españoles, en 25 años, parecen haberlo olvidado, pero la inmensa mayoría de nosotros tienen a alguien en su familia que sabe de lo que estoy hablando», señaló.
Las nuevas tecnologías
González, que se consideró un estudioso de la globalización y sus efectos, insistió ante su auditorio en que el mundo actual no puede ser comprendido sin tener en cuenta los efectos del imparable desarrollo de las nuevas tecnologías. «La revolución tecnológica es, sobre todo, un revolución de la comunicación entre seres humanos. Y ha tenido un montón de efectos, de los buenos y de los malos», advirtió González, que, en otro momento de su intervención, se consideró realmente preocupado con «el problema de Energía tremendo que tiene ahora Marruecos».
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