A VECES LA VIDA
A veces la vida nos coloca frente a una encrucijada de la que no hay escapatoria posible. Y debemos tomar una decisión: cara o cruz, blancas o negras, sí o no, subo al barco o me quedo en tierra.
CAPÍTULO I.-
Bashira tendría unos quince años cuando todo a su alrededor cambió. Hasta entonces, disfrutaba plácidamente de lo previsible: Una casa a las afueras, un padre condescendiente, operario en la explotación de fosfatos, una madre silente y cariñosa, y ella y su hermano Rachid dos buenos estudiantes.
En los libros escolares su pueblo se estudiaba como una provincia española más, pero, en realidad, no lo era. O no exactamente así. Aquel era un mundo diferente, lejano de la metrópoli, con frías noches cuajadas de estrellas, días abrasadores, el sonido profundo del jaloque, un DNI con el fondo rojo, figuras a lomos de camello con el cetme al hombro que se perdían entre las dunas, y, sobrevolándolo todo, la extraña sensación de no ser dueños de su destino.
Un mal día llegó la noticia, primero como un rumor, después como una amenaza, y por último como una certeza: Al otro lado de la raya invisible llamada frontera, se acumulaban miles de desheredados guiados por la implacable brújula de la desesperación y la vana promesa de una vida mejor. Una masa inmersa en un olor acre y retestinado, que aguardaba la orden del Naddir Al-Fatahi, jefe militar, religioso y político de la nación del norte, para cruzarla.
Y frente a ellos, los nuestros, bien pertrechados y dispuestos a cumplir las órdenes que llegaran desde Madrid, fuesen las que fuesen. Pero sí aquí todo era desconcierto, allí todo era confusión: el general en su laberinto de tubos y cables, con la capacidad para decidir subrogada en un príncipe inexperto y estrechamente vigilado por quienes se disputaban la salvaguarda de los principios fundamentales del Movimiento… y los despojos.
CAPÍTULO II.-
En la mañana del 26 de febrero de 1976, abarloados al único pantalán del puerto, barcos militares y de compañías navieras aguardaban que la tripulación estibase todo lo que llegaba al dique: vehículos, televisores, muebles, alfombras, piezas de artesanía, libros, cañones, vivencias y recuerdos.
Entre los que esperaban todo era desazón y congoja, abatimiento y tristeza. El sentimiento íntimo, profundo y cierto, de los que saben que han defraudado. “Operación Golondrina” la llamaron, ¡como si fuesen a volver algún día!
Bashira, ojos negros grandes y almendrados como los de su raza, pelo largo y ensortijado recogido en una albanega de fustán, almalafa de lino y sandalias de cuero, es consciente de que al otro lado de la pasarela del “Ciudad de Valencia” aguarda el umbral de un nuevo principio: ¿subo al barco o me quedo en el muelle? discernía mientras recordaba la admonición de su madre: “Vienen malos tiempos niña, ve a formarte y vuelve. Harás falta”.
Cuatro días después, tras cruzar 800 millas de un mar en calma, el transbordador, grímpolas ondeando al viento de levante, aproaba la bocana del puerto. Un marinero, con las jarcias de amarre en las manos, fue el primero en hablarle de la ciudad que la acogería durante los siguientes diez años: “aquello es la cúpula de la catedral, al fondo Torre Tavira, a la derecha mi barrio donde está el Teatro Falla y la Facultad de Medicina donde dices que vas a estudiar”.
En la mirada de Bashira, estaba el Futuro, estaba la Esperanza y estaba el Impulso Vital de las que tienen una misión que cumplir.
Nota del autor:
A mediados de los años setenta del siglo pasado, España abandonó a su suerte al pueblo saharaui. Provincia española desde 1.958 después de que la Agrupación de Territorios del África Occidental Española dejara de existir.
La irrupción del Frente Polisario, un movimiento independentista y de ideario socialista, apoyado por el gobierno argelino, y por tanto por la U.R.S.S, hizo saltar todas las alarmas en Washington que temía una salida directa al Atlántico de los soviéticos.
Ante la inhibición del gobierno español que paralizó el proceso de descolonización, EEUU decidió que su fiel aliado en la zona, Marruecos, se adueñase, pacíficamente, del territorio.
Posteriormente la ONU aprobó la convocatoria de un referéndum de autodeterminación para el mes de septiembre de 1.992 que aún no se ha celebrado.
Mientras, los saharauis que no aceptaron la adhesión al reino alauita, malviven en los campos de refugiados de Tinduf (Argelia) donde Bashira Alrashidi sigue, a día de hoy, ejerciendo como médica.
10 comentarios:
Me gustaría saber la opinión del señor Alonso sobre este tema
repasando los últimos trabajos de Manuel Mata veo que se dedica a contarnos cosas basadas en hechos que de verdad sucedieron como el descubrimiento de América, el secuestro de un empleado de prisiones por la eta y esto del Sahara. Le añade ficción para hacerlo ameno lo que hace que se lea con interés hasta el final. Siempre se aprende algo que no sabía.
MA UEL, CADA DÍA QUE PASA ME SORPRENDE Más,DE Músico A Escritor.
¡Sigue así amigo!.
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¿Por qué no sería posible
ya que creo que es lo justo,
qué los hijos de españoles
nacidos en el extranjero,
lo mismo que los oriundos,
tengan nacionalidad española
en todas partes del mundo?
Algunos, me diréis que la tienen
la verdad, es que no es cierto.
Hay muchos españoles que NO,
me refiero a los ESPAÑOLES.
Esos, que para nuestra vergüenza
están olvidados en el exilio
mal viviendo… en un desierto.
En el desierto y de prestado
son, nuestros compatriotas,
Los llamados Saharauis
que también son sangre española.
Aún, conservan los mayores,
el D N I… ya caducado,
sus hijos, ya no lo tienen
no le dieron la oportunidad
de obtenerlo, de sacárselo.
Ellos, renovarlos no pudieron
porque de allí, nos vinimos,
abandonándolos a su suerte
y como regalo, a los vecinos;
a Mauritania y Marruecos.
Exiliados, expatriados
y de prestados en el desierto
así llevan, casi medio siglo.
Ellos, no tienen la culpa,
a nadie ellos, hicieron daño.
07 de febrero de 2007.
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Manolo, puede resultar exagerado para mi no.Eres el Perez Galdós contemporáneo
Exageras y tela, mas quisiera ser la sombra del gran Perez Galdos.
Envidia, tengo envidia de tus cosas. Tengo envidia de tu sombra
De tu casa y de tus rosas.
Y de tu forma de escribir
(canción de Machín)
Envidia??? Jjj, que le den ya de camino un premio nobel o el príncipe Asturias jjj.
Por favor, respeten los temas culturales. Unos más otros menos, cultura es, todos no podemos ser catedráticos en literatura, pero aunque mal se escribiera (y éste no es el caso, aunque haya generado desprecio el comentario a 7.30 a.m. habrá sido por rabia al tener que levantarse temprano y con ganas de escupir- lo que no puede ni debe de afectar al que no se da por aludido). Será cosa de politicos? Pues no mezcleis los temas que son incompatibles y hacerlo cuando escriban de política aunque apeste el folio o el teclado.
Anónimo dijo...
Me gustaría saber la opinión del señor Alonso sobre este tema
10:00 p. m.
RESPUESTA:
Perdona, no te he podido contestar antes.
Mi respuesta no va ser política o de derechos humanos, será muy sencilla y personal.
Nos tenemos que remontar a la mili (Servicio militar obligatorio). Soy del cuarto reemplazo de la quinta de 75. Estaba destinado al BIR-1 (Batallón de recluta nº1 en el sáhara español).
Los tres primeros reemplazos se los llevaron como fuerza de choque al Sáhara contra el ejercito marroquí. Me despedí de mis padres y hermanas pensando en lo peor. Pero gracias a dios, se murió Franco y subió al trono Juan Carlos.
Al parecer no era el momento de una guerra contra Marruecos, con la excusa de la Marcha Verde, se traicionó al pueblo Saharaui y a mi me libraron de matar moros en Marruecos o lo contrario.
Estuvimos unos días en Cádiz, al final decidieron mandar a los reclutas cuyos apellidos empezaran por la A hasta M al campamento El Colmenar (Madrid) y desde L hasta M hasta la Z a Canarias.
Por esta razón me parece maravilloso que 2o de Noviembre muriera Franco, los demás no soy quien para juzgar la historia.
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