Quico Rebolledo Barreno vive
El Parque de los Alcornocales clica
A extinta esmeralda vida soñadora
Solo queda el recuerdo y la música
Impregnada como polen que aflora
Deja ausencia en la naturaleza y abdica
En el corazón de la Caliope aurora
Y en Euterpe con flauta de jara rica
Agónica ave de afonía cantora
La civilización indiferente
El mundo y su contaminación odiosa
Su problema, el problema de la gente
Quico Rebolledo lucha aún de frente
Por Jimena de la Frontera y diosa
Por Andalucía, España y el medio ambiente.
2 comentarios:
Hay quien parte de este mundo
después de una vida larga
sin haber hecho nunca daño.
Hay quien también se va
sin haber hecho nada bueno
pero tampoco nada malo.
Pero también los hay que lo dejan,
después de haber luchado por él,
sin tregua y sin descanso
toda una vida entera,
a los cincuenta y tres años.
Personas que han dejado
una vida y un trabajo,
ejemplar como Quico Rebolledo
digno, de ser imitado.
Es bueno realzar lo bueno Cristóbal, y si se reconoce como en este bello Soneto lleno de naturaleza poética:dos veces buenos. Quico se lo merece y merece eso mismo estar vivo en los recuerdos, no perderse en los recovecos del tiempo pues ha creado su historia de defensor del medio ambiente, luchando por lo que su conciencia le dictaba:un mundo mejor, ¡si!, el Parque de los Alcornocales clica porque es un gran ordenador natural y abre llorando su corazón a ese hombre soñador e idealista tan valioso como una esmeralda, joya verde, sonidos de animales que suenan a música y musas agradecidas impregnadas de polen y vida, que si no se cuida (como al alcornoque) agonizará no solo de vegetales sino inclusive su fauna, y ni se oirán los cantos de las aves. El problema del ser humano:la contaminación, y poco hacen los paises más civilizados por erradicarla o disminuirla. Su ideal, su lucha, su ecologismo y su memoria seguirá viva porque no se ha de olvidar ni en su pueblo, ni en su comunidad, en su país ni en tido lo que tenga que ver con el medio ambiente; difícil relevo.
Sigue escribiendo más a menudo para los demás amigo de las letras, y no te conformes con amontonar folios garabateados de oro.
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