Las revistas de entonces nos mostraron sin parar la elegancia de una señora americana cuya ascendencia europea se hacía evidente en porte y modos. Los telediarios enseñaban todo el rato unos modelos de alta costura inmediatamente ennoblecidos por la percha de quien los llevaba. Las fotografías de prensa dejaban entrever la paradoja de una señora casada con el trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos y aun así siempre con un aire de desgracia que no todo el mundo comprendía.
Recuerdo que, tragedias aparte, me costó asimilar algo tan raro como una escena donde la delicadeza vestida de rosa Chanel gateaba por encima de un Continental Convertible y tiraba de un marido aterrorizado que se asía el cuello con las manos porque este acaba de recibir un disparo en la cabeza. Tampoco olvidaremos fácilmente los de mi generación a esa viuda bajo un paraguas negro y envuelta en negro velo y de la mano de dos niñitos y con la mirada perdida en algún punto del cementerio de Arlington, como siempre la recordaremos también, un poco más tarde, a bordo de yates de lujo junto al millonario más famoso del planeta Tierra y a punto de divorciarse de él. Pero muchas veces me pregunté si la verdadera desgracia de esta primera dama, viuda, recasada, casi divorciada y vuelta a enviudar no tendría que ver con su permanente cercanía a un poder tan poderoso, que da miedo. Es casi obvio que el Poder se da de tortas con la libertad ajena, pero lo que ya no se ve tan claro, aun siendo completamente cierto, es que es el enemigo número uno de quien lo detenta. Tanto tienes, tanto esclavo eres, así fue siempre y así será por los siglos de los siglos y amén.
10 comentarios:
Hazme esclava..., Mata.
Buen final para un gran articulo. Enhorabuena.
En Buceite hay varios lujos que los demas disfrutados de gratis.
El Manolo Mata es uno de ellos. No se hace pesado pero muy bien explicado. No vivi eso que cuenta pero lo voy a buscar en internet, pues se trata de la mujer de Kenedy que lo mataron desde lejos.
Buen ejemplo para no menos reflexión. Enhorabuena.
Un detalle que quiero resaltar que no se si es a propósito, en todo el escrito no se mienta a nadie por su nombre. Jacqueline, Kennedy, Onassis. Curioso.
Me parece que vas mejorando muchísimo, querido amigo, sigue con está inspiración y llegaras lejos. Un abrazo. Joaco.
Una vida muy dura en yates vestida de chanel.
Lo siento, me merecen mucha más admiración mujeres con ropa de mercadillo haciendo malabares para llegar a fin de mes, mientras personajes como estos viven entre el lujo y el confort a costa de los impuestos de los desgraciaos, que ya se sabe que las compañías poderosas son patriotas en Suiza.
Pobrecita, seguramente tampoco supo nunca nada de nada.
G. Polo
Buen relato, Manolo! Fabulosa su redacción
Buen relato, Manolo! Fabulosa su redacción!
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