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Recientemente, el cantante canadiense Justin Bieber en su estancia en Barcelona, propinó un puñetazo a un fans, el cual había metido la mano en el automóvil que le conducía, con la sola intención de tocarle la cara.
Aún reconociendo que el seguidor no debió meter la mano donde no debe, pero no es de recibo que un cantante exitoso, por ese simple motivo le propine un puñetazo causándole heridas aunque fueran leves. Como tampoco es de recibo que si existe aglomeración de fans, viaje con la ventanilla del automóvil bajada, corre el peligro que ocurran sucesos como el que relato.
Pero lo más chocante del caso repasando el vídeo, es que el agredido estaba exultante porque le había tocado la cara a su ídolo, para nada le afectaba el mamporro, da la impresión que todo lo contario.
No termino de comprender, como ser aficionado de un artista determinado, equipo de fútbol o quien sea, esa simpatía te conduzca a la histeria, rallando la locura por no decir locura total.
No llego a entender del todo pero lo acepto, que se permanezcan días a las puertas de un estadio, pasando frio, calor, mal durmiendo para presenciar un concierto o un encuentro de fútbol o lo que fuere.
Pero para nada me entra por la sesera, enloquecer por unas personas que son como nosotros, que Dios, la naturaleza les han dotado de unas cualidades, o cuando no se trata de un auténtico producto de factoría humana resultando un verdadero fraude, no hay porque extrañarse con los medios actuales.
Creo que en ese aspecto las nuevas generaciones han cambiado mucho y para mal. Siempre los famosos despertaron expectación, pero mucho más comedida que las actuales.
Yo siendo un adolescente he visto a Juanito Valderrama, antes de actuar tomar un café tranquilamente en el antiguo Bar Central del Tesorillo. Puede que muchos digan, es que Juanito no tiene parangón con las figuras contemporáneas. Valderrama ha sido un grande del cante y la copla, siendo un su tiempo un ídolo de masas.
Valga otro ejemplo. Antes de nada estoy seguro que a la fecha la plantilla del Real Madrid, sería impensable la posibilidad que presenciara un encuentro al lado de los aficionados.
En el trofeo de verano Ciudad de La Línea del año 1981, estando yo presenciando la segunda semifinal entre el Sporting de Gijón y el Leeds United inglés. Llevaría el encuentro empezando unos cinco minutos, por una puerta de un fondo, vimos aparecer a toda la plantilla nada más y nada menos que del Real Madrid, a los Juanito, Del Bosque, Santillana, Camacho Stielike , Miguel Ángel, etc., entrenados por Vujadin Boskov, tuve la pequeña fortuna que se acomodaran justo al lado de donde yo estaba ubicado.
Es normal que aquello produjo cierto revuelo, que la grada de tribuna a la llegada de los merengues prestara más atención a ellos que a lo que estaba pasando en el terreno de juego.
Para nada fueron molestados, solo en el descanso unos cuantos chavales, se acercaron a pedir autógrafos y poco más. La más absoluta normalidad.
Hoy tienen que ser escoltado por la policía, los grandes cracs se ven en la obligación de llevar custodiándolo unos cuantos armarios.
Si Fleming fuese contemporáneo nuestro. ¿Cuantos les reconocerían? y eso que salvó millones de vida.
2 comentarios:
Gracias Pacurro, por tu artículo que viene a ser como un oasis, dentro de la voragine politica local. Que "pechá" de politiquillos del tres al cuarto.
Saludos Paco, buen artículo, creo que hasta los gatos están perdiendo el norte. Me encantaría leer algún día tu opinión sobre el maleducado V Rossi.
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