Soy Nicolás Rolin, canciller de Felipe III Duque de Borgoña, más conocido por “Felipe el Bueno”.
Este cuadro pintado al óleo sobre tabla que les presento se lo encargué personalmente a Jan Van Eyck. Recuerdo que fui muy criticado por mis enemigos que me acusaron de hombre de pocos escrúpulos y que sólo buscaba salvar mi alma profesando con ostentación un exacerbado culto a la Virgen. Fíjense que el Niño Jesús levanta la mano bendiciéndome mientras con la otra sostiene un cetro que denota su majestad.
Este cuadro pintado al óleo sobre tabla que les presento se lo encargué personalmente a Jan Van Eyck. Recuerdo que fui muy criticado por mis enemigos que me acusaron de hombre de pocos escrúpulos y que sólo buscaba salvar mi alma profesando con ostentación un exacerbado culto a la Virgen. Fíjense que el Niño Jesús levanta la mano bendiciéndome mientras con la otra sostiene un cetro que denota su majestad.
Me culparon de arrogante por atreverme a mirar de frente a la Virgen y tener el mismo tamaño que ella, pues hasta entonces los cuadros con donante se caracterizaban por ser éste de menor tamaño que las figuras sagradas.
Nada, pura envidia.
De fondo podemos ver un paisaje muy detallado que representa Borgoña, al lado izquierdo el mundo terrenal y al derecho la Jerusalén Celeste. Los hombres que marchan por el puente son los fieles camino de la ciudad sagrada. O al menos eso decía Jan, la verdad no soy un experto en alegorías pictóricas.
Lo cierto es que yo era un potentado que me podía permitir ciertos lujos y, como digo, encargué el cuadro que casi puede considerarse un retrato, al mejor pintor del norte de Europa. Este holandés era un tipo hábil con la técnica al óleo lo que le permitía reflejar de una manera natural la realidad. Meticuloso en sus obras, generalmente de pequeño tamaño, cuidaba la precisión de las texturas y era un maestro en lograr la impresión tridimensional.
Con su hermano Hubert formó parte del célebre club de Los Primitivos Flamencos que fueron las figuras de transición desde el Gótico hacia la Escuela Flamenca, anticipo de lo que después sería el Renacimiento.
Si van por Paris no dejen de visitar el Museo del Louvre donde se guarda esta reliquia del arte flamenco.
Ángel María Nicolás Rolin
2 comentarios:
Mata nos va a hacer descubrir pintores que nunca habia escuchado.
Estupendo Mata!!!
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