Cómo indiqué la semana pasada, me propongo hacer algunas reflexiones sencillas que nos ayuden a encontrar y a aplicar diferentes fórmulas prácticas para estimular nuestros conocimientos, para reanimar nuestra sensibilidad y para controlar nuestras emociones con el fin de favorecer nuestro bienestar humano. Lo digo de una manera más sencilla: formularé algunas propuestas que nos sirvan para pensar mejor, para sentir mejor, para amar mejor y, en resumen, para vivir mejor.
Parto del supuesto de que el bienestar, más que una meta, es la consecuencia de unos comportamientos auténticos, bellos y nobles, es el resultado de unas conductas coherentes con nuestras maneras de pensar, de sentir y de actuar, o, en otras palabras, es el fruto de una vida buena y de una buena vida.
El bien-estar es la suma del bien-pensar, del bien-sentir, del bien-actuar y del bien-ser, unas tareas necesarias que hemos de aprender y de practicar durante toda la vida. Los seres humanos, si nos empeñamos, si aplicamos los mecanismos adecuados y si recorremos las sendas convenientes, podemos –debemos- seguir creciendo, trabajando, descansando y disfrutando. Si paralizamos cualquiera de estas actividades, corremos el riesgo de enfermar y, por lo tanto, de empezar a morir.
Para crecer es necesario que nos movamos, que cambiemos y que eliminemos obstáculos: hemos de movernos de manera permanente, hemos de caminar, aunque, de vez en cuando, nos detengamos para descansar. Hemos de cambiar de dirección siempre que advirtamos que transitamos por caminos equivocados, por esas sendas que, según nos dice nuestras propias experiencias, nos desvían de nuestro bienestar. Hemos de eliminar obstáculos, esas barreras convencionales y, a veces impuestas, que impiden nuestro crecimiento.
1 comentario:
Cuando yo escucho a políticos
lo mismo que a economistas,
que, en economía, el PIB
que hay que seguir creciendo,
que hay que crecer y más crecer,
en definitiva, crecer o morir,
no lo puedo concebir.
No hay nada en este mundo
que eternamente siga creciendo
no estaba ni está eso en el proyecto
del que creó, ordena y gobierna.
Sólo hay una cosa que puede,
y es deber do todo hombre
El seguir creciendo y creciendo
No en estatura física
Pero sí interiormente, personalmente,
con conducta coherente,
eligiendo el buen camino
saltando baches y obstáculos
y cuando uno se desvíe
rectificar inmediatamente,
o cuando se sea consciente.
Cosa que no es nada fácil
sobre todo, en los comienzos
tampoco hay que descuidarse
y día a día cerciorarse
de que bien se hizo el último trecho
y de rectificar lo no bien hecho.
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08.05.16
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Antonio. - El niño del Corchado-
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