El contagio por ébola de una enfermera ha demostrado que cualquiera en este país, puede ser ministro/a de Sanidad. O todo lo contrario, cualquiera no puede ser ministro/a de Sanidad.
El nivel de incompetencia y el desconcierto a la hora de transmitir información -y calma- ha sido alarmante. Menos mal que la vicepresidenta tomó las riendas del asunto y que la Ciencia -y la Divina Providencia- están haciendo su trabajo.
Una señora que, además, no sabía quién pagaba sus viajes, sus fiestas, ni cómo había llegado un Jaguar a su garaje, no puede seguir siendo ministra del Gobierno de España.
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Foto de ABC.
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Foto de ABC.
10 comentarios:
Me alegro de que Mata reconozca que Dios aunque le llama Divina Providecia tiene su importancia en nuestras vidas.
Yo todos los dias pido para que se salve esta muchacha.
Carmen
Si los políticos tuviesen vergüenza, ella misma habría dimitido ya o su partido la habría cesado. Claro que, como estamos en España......
Lo que mas me llama la atención y veo como una cosa muy rara es que un socialista reconozca que la vicepresidenta del gobierno Soraya Saez de Santamaria que es del PP lo hace bien.
ni todos los socialistas son ateos ni todos los del pp van los domingos a misa
Es muy triste que sorprenda que un simpatizante de un partido político apoye y defienda el trabajo de un político de la oposición.
Aparte del debate de si debe o no dimitir, lo peor es que seguramente que ella ahora mismo no quiera ser ministra. Antes que los problemas dependian más de la politica del partido si que le encantaba lucir cartera.
Percibo una cierta ironía en " menos mal qué la vicepresidenta...". (Anita Mari)
Yo creo que Mata aunque sea del psoe no es de los cerrados como otros.
Si se presentara para alcalde lo votaba los de derecha los del izquierda y hasta los que simpatizan con el Podemos.
Mato Mata a Mato
con firme resolución,
es fuero y no desacato
tan justa impugnación
No sé si pasa también
esto en otros países,
que una señora como esta,
con tal grado de despiste,
le den un cargo de ministra,
a no ser que sea el ministerio,
del descanso, de vacaciones y fiestas.
Aunque, ella no es la culpable
tampoco es culpable el pueblo
Por ahora en este país
no elegimos en las urnas
al Presidente de Gobierno
y mucho menos a los ministros,
ni el número de ministerios.
El culpable solo es
aquel que la nombró ministra.
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17.05.16
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Antonio. -El niño del corchado-
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