"Antonia Morera" de la serie El Cortijillo, por Francisco Quirós "Pacurro"

El pasado 8 de octubre, la actual Alcaldesa de Casares, Antonia Morera Rojas, anunciaba públicamente que no se presentaba a la reelección en las próximas elecciones municipales que secelebrarán en Mayo de 2015 -Ver noticia-. El motivo esgrimido fue que los cargos púbicos no pueden ser indefinidos, no hubo dramatización alguna, se ha despedido como es ella, sencilla y elegante, poniendo  fin a una dilata carrera política que comenzaba en 1991.

No soy ni lo pretendo un analística político, si me he decidido a escribir estas líneas es por la gran consideración que tengo hacia esa mujer, una dirigente política que su principal virtud ha sido y es su absoluta normalidad.

-
ANTONIA MORERA ROJAS
Antonia comenzó muy joven  trabajando para su localidad de residencia el Secadero,  empezó desde el asocianismo, escalando puestos ocupando concejalías que compatibilizó durante un largo periodo  con la tenencia de alcaldía, ante la imposibilidad de desatender sus obligaciones renunció a la tenencia de alcaldía del Secadero, su valía le llevo a ser  la Alcaldesa de Casares por cierto la primera alcaldesa de una población que lleva consigo una gran connotación histórica, al ser el pueblo natal del padre de la patria andaluza Blas Infante.

Lucho por...

su Secadero, yo diría que lo puso en el mapa, consiguió una tenencia de alcaldía, servicios en infraestructuras, educación, deporte, cultura y un largo etcétera, llegando a ser una población envidiada por todas las de sus entornos. En el 2009 toma el relevo en el sillón municipal que ocupaba  Juan Sánchez, -Ver noticia- pero la gran prueba la supero en el 2011 al ganar los comicios municipales y gobernar con mayoría -Ver noticia- .


Antonia Morera investida alcaldesa por primera vez en abril de 2009.

Como decía antes la principal virtud entre otras que atesora Antonia, es que el o los cargos no le han cambiado para nada, Antonia sigue siendo la misma, ha demostrado que ostentar un  compromiso de responsabilidad no tiene porqué condicionar para nada tu forma de ser, que por supuesto en dichas obligaciones habrá tenido que tomar más de una decisión dura pero necesaria, que habrá tenido que decir no muchas veces, pero que el cargo no debe hacer a la persona y si al revés.
Me atrevo a decir que no es un político al uso, con honrosas excepciones los cargos públicos, una vez que llevan cierto tiempo no mucho,  adoptan posturas que no sé bien como calificarlas, diría  forzadas, teatreras, cambian la forma de vestir, esgrimen una amabilidad compelida, en definitiva dejan de ser ellos, sinceramente nada de eso le ha ocurrido a la actual alcaldesa de Casares, repito y reitero al menos para mí.
-

Antonia Morera investida alcaldesa por segunda vez en las elecciones de 2011.

En su misiva  de despedida como muestra de su sencillez y humildad, hacía hincapié en el grupo que ha colaborado, pudo aprovechar la ocasión para sacar a relucir logros conseguidos , que por cierto han sido muchos, es cierto que Casares puede que sea un municipio prospero, que su ubicación geográfica , le haya hecho tener ingresos en conceptos de tasas e impuestos que le han facultado poder dar unas prestaciones a sus ciudadanos impensables en municipios de esas características, pero el dinero ha estado en la calle,  se ha visto, la ciudadanía lo ha disfrutado, cuidando y mimando a sus barriadas sin discriminación alguna.

Dicen que las comparaciones son odiosas, no obstante  quiero hacer la siguiente reflexión. Antonia en la actualidad es Alcaldesa de Casares, ella ha nacido se ha criado y vive en la barriada del Secadero. ¿Se imaginan ustedes un tesorillero ocupando el sillón de alcalde en Jimena?

No ha sido una dirigente  al uso, ha dejado patente que  el hecho de entrar en política es para conseguir logros, resolver problemas, mejorar la vida, en definitiva servir a la ciudadanía, primando el interés general. Demostrando que  la responsabilidad no tiene por qué cambiar la personalidad  del quien la ejerza.

Apreciada Antonia, puedes dormir tranquila, tranquilidad que da  el  deber cumplido.