martes, 22 de octubre de 2024

Simón Blanco descubre un nuevo yacimiento de arte rupestre: la Tumba del Príncipe

Por Simón Blanco Algarín, miembro de Asociación para la Protección del Arte Sureño APAS.

El abrigo de la Tumba del Príncipe. Un monumento pétreo que combina arquitectura y arte rupestre

La  sierra del Retín se ubica en la desembocadura del río Barbate. Se trata de una pequeña y amesetada sierra del litoral gaditano que se comporta como una isla ecológica al estar rodeado por el Estrecho de Gibraltar y por la depresión que ocupaba la antigua laguna de la Janda.

Fig 1. Desembocadura del río Barbate desde la sierra del Retín.

La sierra del Retín es un ejemplo típico de los ecosistemas aljíbicos y mantiene una gran diversidad natural y cultural. Esta conservación se ha visto favorecida por pertenecer al ministerio de defensa, ya que las actividades militares son incompatibles con otros usos antrópicos de la sierra como la agricultura, el urbanismo, el sobrepastoreo o la caza.

Fig 2. Dolmen y tumbas rupestres en el paisaje natural de la sierra del Retín.

A pesar de no contar con un Arte Rupestre de la riqueza del resto de sierras que circunscriben la antigua laguna de la Janda, se localizan algunos yacimientos pintados correspondientes a las facies más esquemáticas del Arte Sureño, donde destacan abrigos como el de la Fuente Santa, de la Fuente Mariquilla, del  Águila, de las Marianas o el descubierto el 9 de octubre de 2024 que he llamado la Tumba del Príncipe.

Fig 3. Abrigos destacados de la sierra del Retín.3.1: Abrigo de la Fuente Santa; 3.2: Abrigo de la Fuente Mariquilla; 3.3: Abrigo del Águila; 3.4: Abrigo de las Marianas

Este nuevo yacimiento rupestre se localiza en un promontorio rocoso conocido como la Peña del Aljibe. Se trata de una solitaria y visible laja de arenisca que aflora en el  piedemonte de la fachada oriental de la sierra del Retín. Desde este destacado mirador se domina la rica campiña que desciende hacia la antigua laguna de la Janda, un  paisaje de gran valor ecológico cada vez más difícil de restaurar por la saturación de parques eólicos.

Fig4. Peña del Aljibe y vistas del paisaje dañado por la proliferación de parques eólicos.

Este nombre con el que se conoce la laja se debe a que en la cima se localiza una estructura excavada que el arraigo popular ha identificado tradicionalmente con un depósito para la recogida de aguas pluviales pero la realidad es que nos encontramos ante el mejor y más espectacular ejemplo de arquitectura rupestre que hay en la orilla norte del estrecho de Gibraltar.

La sofisticada estructura de la cima de la Peña del Aljibe, consta de una escalinata envolvente con asientos para la contemplación que culmina en la parte alta donde se localiza una excavación de planta rectangular de 7 x 2,5 m. y 4 m de profundidad. Difícilmente podríamos estar ante una simple cisterna ya que no cuenta con pendiente o canales de abastecimiento, además en una de las paredes hay un arco pétreo que da acceso a  un estrecho pasillo que comunica con dos cámaras cilíndricas alineadas, una de ellas decoradas con un friso de grabados lineales.

Fig 5. Estructura prerromana de la peña del Aljibe. 5.1: Sala principal; 5.2: Sala cilíndrica; 5.3 Escalera pétrea de acceso.

Estos trabajos en piedra son comunes en la región debido a la existencia de una roca blanda como es la arenisca y se conocen desde tiempos prehistóricos en necrópolis con cuevas artificiales como los Algarbes o Monte Bajo, arquitectura indígena que alcanzó,su mayor desarrollo en tiempos protohistóricos en castros semirupestres como las Herrizas o la Silla del Papa.

Fig 6. Ejemplos de vaciado de piedra en el entorno del Aljibe del Retín. 6.1: Tumba excavada de los Algarbes; 6.2: Vivienda rupestre en la Silla del Papa; 6.3: Tumba excavada de San Bernabe.

En la zona de influencia del cercano poblado prerromano de la Silla del Papa, se han ido identificando una serie de estructuras vinculadas a esta primitiva técnica del vaciado de  piedras que en muchos casos coincide con las ubicaciones de abrigos pintados como ocurre en la Atlanterra o Ranchiles, enclaves rupestres que conviven con restos de  arquitectura vernácula en forma de mechinales, vanos, hornacinas, escaleras talladas o altares.

Fig 7. Arquitectura vernácula alrededor del abrigo de la Atlanterra.

La monumental excavación de la Peña del Aljibe es otro de los hábitats prerromanos vinculados al hinterland de la Silla del Papa con el que además mantiene un importante contacto visual y paisajístico. El abrigo de la Tumba del Príncipe, al igual que en los abrigos rupestres mencionados anteriormente, no solo no fue destruido por esta profunda transformación de su roca soporte sino que quedó integrado en los basamentos de este singular edificio de presencia megalítica, sin duda un centro sagrado o funerario principal de esta comunidad íbera.

A media altura del flanco suroeste de la Peña del Aljibe, se localiza una terraza rocosa con dos habitaciones parcialmente labradas en la roca, una de ellas excavada a dos alturas al estilo de algunas viviendas de la Silla del Papa. En la base de la primera planta de este edificio rupestre, hay integrado un pequeño abrigo oculto por un palmito que tiene un desarrollo rastrero a favor de una diaclasa que atraviesa la pared rocosa. En esta oscura y anómala ubicación es donde se han conservado  precariamente las pinturas rupestres que he denominado la Tumba del Príncipe.

Fig8. 8.1: Edificio rupestre y abrigo de la Tumba del Príncipe oculto por un palmito. 8.2: Vestíbulo del abrigo; 8.3: Interior del abrigo

Antes de arrastrarnos para poder penetrar en esta pequeña cámara que ha generado la discontinuidad en la roca, hay un signo de aspecto arboriforme que es el mejor conservado del conjunto y el único que puede verse sin luz artificial. Ya en el interior hay dos signos serpentiformes angulares ( o zig-zags) en posición horizontal que de forma  discontinua recorren el lateral izquierdo de la grieta y nos conducen hacia dos figuras  antropomorfas. Si en este punto nos giramos sobre nosotros mismos, en el techo de este minúsculo y oscuro camarín hay otra figura antropomorfa entre otros  restos irreconocibles.

El símbolo más llamativo son los grandes zigzags que aunque no tienen paralelos en la sierra del Retín, es una iconografía recurrente y de amplio espectro cronológico que está bien representada en nuestra región en abrigos como las Estrellas, la Jara, las Palomas o el Laurel.

El resto del discurso gráfico está mal conservado por lo que no aporta grandes novedades al corpus del Arte Sureño pero contribuye a caracterizar este enclave monumental que es la Peña del Aljibe por la presencia combinada de pinturas, grabados y arquitectura rupestre.

Fig 9. Pinturas rupestre de la tumba del Príncipe. 9.1: Arboriforme del vestíbulo; 9.2: Zigzag del camarín; 9.3: Antropomorfo del camarín.

La ejecución de esta sorprendente estructura arquitectónica, nos introduce en una época de importantes cambios tecnológicos y culturales como fue la edad del Hierro pero que conserva un importante sustrato indígena donde se reutilizan las ubicaciones de los santuarios rupestres y se mantienen los esquemas de las estructuras megalíticas para sus edificios más emblemáticos.

El abandono de nuestro patrimonio vernáculo y su resistencia a la desaparición,  deberían ser una fuente de inspiración para su estudio y divulgación porque monumentos como la Peña del Aljibe, preservan la identidad más profunda de nuestro territorio y nos obligan a abrir la mente respecto a los procesos de cambio y continuidad de las comunidades protohistóricas del Estrecho de Gibraltar.


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