Y a ti, ¿qué es lo que te importa?
Hace unos días hablaba con una amiga sobre el debate a tres, que aún no se había celebrado. Ambas tenemos una visión bastante próxima de qué es lo importante, de qué es lo importante para nosotras, a pesar de que podamos discrepar sobre la manera en que el gobierno de coalición ha abordado algunas medidas o aunque nuestros intereses particulares puedan ser diferentes. También creo que las dos somos afortunadas, aunque no podamos permitirnos navegar por el Mediterráneo a diez mil euros el día, como la hija de Trump; sin embargo, podemos disfrutar cada día de buenas comidas, pagar nuestras facturas y permitirnos muchas cosas que otros, desgraciadamente, no pueden. Así que me siento una persona más o menos privilegiada, claro que mi interés se centra no solo en que mis condiciones se mantengan y sigan mejorando en algunos aspectos, sino también en que sigan haciéndolo las de aquellos que me rodean y las de otros a quienes no conozco y que son menos afortunados.
A esa misma conversación se unió otro vecino del pueblo al que preguntamos a quién votaría. Nos respondió que no sabía, que no se sentía ilusionado con ningún partido. Una cosa llevó a la otra y este chico nos acabó contando varios episodios en los que le habían insultado, llamándole “maricón”. Una de esas veces había ocurrido hacía poco. Unos chavales le gritaron desde el coche cuando él iba de camino a casa. Su conclusión es que eran unos maleducados, simplemente. A mí me sorprendió bastante, porque daba por sentado que para un chico joven ser homosexual no debería ser un insulto. Coincidí con él en que lo que movió a este chico fue el aburrimiento. No es lo que ocurre siempre. Seguro que muchos tiene en su entorno a alguien, o a varios, que aún se sienten ofendidos cuando le hablan de homosexualidad, o de derechos LGTBI o de un feminismo cuya definición algunos insisten en modificar a su antojo. Afortunadamente, ni yo ni mi amiga hemos sufrido esa discriminación, al menos no de una manera tan evidente.
Pero volviendo al debate a tres, que debía haber sido a cuatro y se quedó desmembrado porque uno de ellos se negó a participar (juzguen ustedes el porqué), se mencionaron varias cosas graciosas. Una de ellas fue que un hombre trans podría convertirse ahora legalmente en mujer gracias a la nueva ley LGTBI (a la vanguardia de medidas en Europa, por cierto) y que de hecho había ocurrido. Ahora un hombre declarado mujer porque un día se levanta y le apetece hacerlo puede entrar en los baños de mujeres, por ejemplo, o quitarle una plaza pública a una mujer (esto dijo el señor Abascal). Les dejo un video aquí donde le explicarán lo ocurrido mejor que yo: https://www.tiktok.com/@elpais/video/7257878023293209882
Que puede intentar alguien aprovecharse de una ley, pues claro que ocurre. Ocurre todos los días con otras leyes que son positivas para una mayoría y no por ello querríamos eliminarlas. Esas cosas, estas semillitas de indignación, son lo único que tiene VOX en su haber para que la gente se encienda, para que no se despisten con tonterías como la subida del SMI contra la que ellos votaron. Otra semillita que he oído hasta lo incansable es la del coupa (sin k) que se apropia de la casa de una viejecita cuando esta va al súper. ¡Qué curioso! Una viejecita que sale un momento de casa y alguien le quita su casa, y resulta que mucha gente tiene a alguien cercano a quien le ha pasado. Por favor, párense un poco a pensar (que no digo que no exista el hurto, pero busquen ustedes las cifras, para comprobar si ese es un problema real). O la de esos inmigrantes ilegales (repito, ilegales) que cobran
casi cuatro mil euros por no hacer nada. Pues como dice otra amiga, cuéntenme cómo se hace, a ver si uno de mis amigos puede cobrar la misma ayuda.
Pero eso es lo único que hace VOX, sembrar el miedo para ocupar, ellos sí, unos sillones que les darán acceso a unas buenas ayuditas. Busquen sino qué ha hecho el señor Abascal desde que cumplió los dieciocho años y díganme después, también pueden leer su programa electoral y analizar por ustedes mismos (https://www.voxespana.es/programa/programa-electoral-vox), qué es lo que piensan que van a defender, qué es lo que van a hacer por ustedes, qué es lo que han hecho hasta ahora en las comunidades donde gobiernan. Comparen su currículum con el de la señora Díaz, busquen también qué ha hecho esta mujer hasta ahora. Y sean ustedes quienes juzguen: leyendo, informándose y pensando. No con un video de tik tok o un titular del Ok Diario.
Yo también me he despistado un poco del inicio de este texto. Hablaba sobre el debate, sobre los insultos, solo para llegar a este punto. No pretendo decirle a nadie qué tiene qué votar, ni soy la más preparada. Hay muchas cosas que no sé o sobre las que podría equivocarme. Pero sí sé qué es lo que me importa a mí, un puñado de cosas que creo que harán la vida de las mayorías más justa: un salario más digno, una sanidad pública y mejor, unas escuelas públicas con más recursos, unas políticas que luchen contra el cambio climático cuyos efectos ya estamos sintiendo, una cultura de todos y para todos o una ley que proteja los derechos de aquellos que aún hoy sufren agresiones (ya sean físicas o verbales) por su condición sexual.
Aprovecho para dejar un artículo pensando en aquellos que aún no saben si irán a votar: https://www.publico.es/politica/son-politicas-gobierno-coalicion-son-vanguardia-europa.html# md=modulo-portada-bloque:2col-t4;mm=mobile-medium
¡Bien dicho!
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