>>> Cristóbal Moreno Romero "El Pipeta" en buceite.com
BLA, BLA, BLA
¡Ya está bien, hasta aquí hemos llegado!
Han gritado todos y a una, ya era hora...
Hoy San Pablo y Buceite por fin han hablado
Y muy fuerte han rimado: ¡Mírate ahora!
Y los sampableños dentro se han mirado
Y a su alma le han puesto una grabadora
Con las voces que le tienen atado
A una dejadez eterna y aterradora
Desde mucho antes de que naciera
Santa Leocadia viva fue quemada
Y San, a Pablo y Pedro le pusieron
Cuando Buceite era rico con su era
Y Frontera de Jimena separada
Con el valle y el Guadiaro se quedaron
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Quiero mi dignidad arrebatada
En la reunión San Pablo ha hablado
La que Jimena tiene olvidada
Para este pueblo siempre tan callado
Tenemos la independencia vetada
Aunque la razón nos ha representado
A Jimena todo y a San Pablo nada
El Valle del Guadiaro nos ha salvado
Somos ricos con nuestra agricultura
Dichosos en vergel paradisíaco
Y muy pobres en medios y derechos
De Jimena es el Castillo y pertrechos
De San Pablo el aguacate y el cítrico
Y solo nuestra alma sueña libre y pura
López de Vega, Dante Alighieri, Petrarca, el Marqués de Santillana o Garcilaso de la Vega, hicieron del Soneto una creación divina, y Cristóbal Moreno Romero "El Pipeta" ha hecho, a su querido San Pablo de Buceite, un pueblo divino de Sonetos siendo los primeros de esta vecindad falto de historia literaria de este tipo, enriqueciéndolo además con inéditos y diversos poemas publicados aquí y en otras revistas literarias.
ResponderEliminarSin ser éste su ánimo, ya él como poeta y escritor, forma una primigenia parte inicial de nuestra historia como pueblo.
Gracias por ello Cristóbal y con este comentario multiplico los que el hace realzando a los paisanos del término que en alguna faceta sobresalen.
En el fondo, pero bien en el fondo, aunque a veces, como en esta ocasión, emerge a la superficie cruda de la realidad, existe, digo, en el fondo de todo poeta, un rebelde, un contestatario, un revolucionario que , con sonetos y mucha rima, le canta las cuatro verdades no sólo al barquero sino a todo Dios que se le ponga delante.
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