domingo, 10 de julio de 2011

Palabras de moda 23: Julio

Por José Antonio Hernández Guerrero.
El séptimo mes del año, según nuestro cómputo, está dedicado a Julio César, de quien recibió su nombre -mensis Julii- tras su muerte. Creador y primer emperador de Roma dio también nombre de César a sus sucesores. Fue, además, uno de los arquitectos más determinantes de nuestra Civilización Occidental. Nació el doce de este mes que, anteriormente, se llamaba Quintilis, porque era el quinto mes del calendario de Rómulo. En un principio, constaba de treinta y seis días, pero fue reducido a treinta y uno por Rómulo, a treinta por Numa, y, por fin, Julio César estableció de nuevo los treinta y uno que actualmente tiene. Del veintidós al veintitrés de este mes entra el sol en el signo de Leo.
Julio César fue un guerrero, un político y un historiador que nació cien años antes de Cristo -el 653 después de la fundación de Roma- y llegó a convertirse en el Primer Hombre del Imperio. Sometió a los celtas, a los galos, a los germanos y a los helvecios, y realizó una expedición a la Bretaña. Tras la crisis política que estalló en Roma por la desaparición del triunvirato a raíz de la muerte de Craso, el Senado nombró dictador a Pompeyo, quien intentó mermar el poder de Julio, ordenando la disolución de sus legiones.
Pero Julio César se apoderó de la península, entró en Roma, donde fue nombrado primero dictador y, posteriormente, fue elegido cónsul. El quince de marzo murió asesinado por Bruto, a los pies de la estatua de Pompeyo, tras recibir veintitrés puñaladas. Su obra político-militar quedó reflejada en los Comentarios de la Guerra de las Galias y en los de la Guerra Civil, dos obras literarias e históricas que convierten a Julio César en uno de los grandes escritores en lengua latina. César fue, sobre todo, un constructor de la Historia.
Julio, el mes en el que -según las Etimologías de San Isidoro- el verano llega a su adultez, es el tiempo de la siega y de la recolección en los países menos cálidos; es la época de las rebajas en los grandes centros comerciales, de los cursos universitarios de verano, del tour de Francia, de la Fiesta de los Sanfermines pamplonicas, de las veladas sevillanas del Señor Santiago y de Santa Ana. Esta fiesta grande de Triana, que se remonta al siglo XVII, es la única que perdura de las numerosas veladas que los barrios sevillanos celebraban antiguamente en honor de sus patronos.
Éste es el primer mes de las vacaciones de los estudiantes y el único tiempo de descanso para aquellos trabajadores listos que, como Alberto, prefieren acudir al trabajo en el mes de agosto, porque, como él nos explica, “es el mes en el que menos trabajan los que trabajan”. Tradicionalmente en este mes se empezaban aquellos baños de sol y de mar que -tras tomar un purgante de Aguas de Carabaña o de Aceite de Ricino, y de manera ininterrumpida- duraban de Virgen a Virgen: de la Virgen del Carmen -16 de julio- a la Asunción de la Virgen -15 de agosto-.
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***Enviado por José Antonio Hernández Guerrero, catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Director del Club de Letras de la Universidad de Cádiz, escritor y articulista.
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Foto: Julio Cézar en una pintura de Rubens.

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