Valores humanos de nuestra Semana Santa
Nuestra Semana Santa -una manifestación popular en la que participan activamente ciudadanos de diferentes edades, de distintos niveles culturales e, incluso, de diversas convicciones ideológicas- es menospreciada por algunas élites políticas, sociales e, incluso, religiosas: algunos políticos la califican de mera superstición, ciertos agentes sociales la interpretan como simples expresiones folklóricas y no faltan sacerdotes que la valoran como elementales devociones locales alejadas de la liturgia y, a veces, como opuestas al espíritu de recogimiento que debe imperar en las celebraciones eclesiales.
En mi opinión, nuestra Semana Santa posee, al menos, dos valores humanos: En primer lugar, son portadores de valores humanos importantes en nuestra cultura decisivos para lograr la felicidad individual e imprescindibles en la conservación del bienestar familiar y social como, por ejemplo, la paciencia, la humildad, el perdón, la misericordia, la paz, el amor, la compasión, la esperanza, el silencio, la palabra, la caridad o la gracia.
En segundo lugar, son el resultado de la inspiración, del ingenio y de las habilidades de nuestros artistas y de las destrezas de nuestros artesanos. La amplia gama de la imaginería, de bordados, de ornamentos, de orfebrería -faroles, ciriales, candelabros, ánforas, o la sobriedad de las marchas fúnebres, la hondura de las saetas, la agudeza del toque de clarines e, incluso, el rotundo sonido de los tambores, las luces, los colores, los sonidos, las melodías, los ritmos y los silencios transmiten unas sensaciones que se asocian a los sentimientos y éstos conectan con los pensamientos que orientan y estimulan nuestros comportamientos: configuran diferentes modelos de vida y distintas concepciones del bienestar y de la felicidad. Es sabido que las sensaciones, las emociones y las ideas influyen en las actitudes y en las conductas personales y sociales.
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Imagen de la Semana Santa de Málaga de 208. RTVE.
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ResponderEliminarSemana Grande en esta tierra mía,
semana de penitencia y procesiones.
Días de cargar con ilusiones
los tronos de lo que es, su cofradía.
De domingo a domingo, cada día,
los jóvenes de nobles corazones
sacan a hombro a sus santos patrones
henchidos de fe, amor y de alegría.
El Joven portador en su cofradía
es sin duda, doblemente cofrade,
todo el año, hermano en su hermandad
luego en llegando Semana Santa,
en la procesión, por primavera,
mete el hombro bajo el varal y carga,
con la imagen de Cristo o de su Virgen
convirtiéndose con alegría y orgullo
por amor y devoción en portador,
al que aquí llaman, Hombre de Trono.
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ResponderEliminarEste año no será así,
tampoco lo fue el año pasado
el virus lo ha trastocado
tendremos que conformarnos
los niños ya lo comprenden
porquese están acostumbrando.
ENTRE RAMAS DE OLIVO Y PALMAS.
Málaga Semana Santa,
en calle Parras, hay bullicio.
Hoy La Pollinica,
es, la fiesta de los niños.
Con las túnicas moradas,
blancas capas y faraonas.
Y en las manos campanillas,
que suenan con aires de gloria.
A Jesús se le ve contento,
brazo en alto, saludando,
montado en la borriquilla,
va de niños rodeado.
Detrás siempre va su madre,
María Santísima del Amparo.
De fiesta está la ciudad,
hoy es, Domingo de Ramos.
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ResponderEliminarBarrio de la Trinidad,
a las puertas de San Pablo
están los dos asomados
Nuestro Padre Jesús, El Cautivo,
llamado El Señor de Málaga,
todo vestido de blanco,
sus manos están atadas
y a su lado su Santa Madre
María de la Trinidad
tocada con manto morado.
La Misa anual del Alba
el Obispo está oficiando
y una representación del pueblo,
en la plaza está rezando.
Madre e hijo hoy no irán
como lo hacen cada año
al Hospital Provincial
a visitar a los enfermos
y animar a los sanitarios
a que sin desfallecer continúen
a todos ellos cuidando
a los que por esta pandemia
por millones están enfermando
y por miles, están muriendo.
Jesús quiere bendecir
al pueblo que está llorando
pero lo hará con su aliento
como lo hace año tras año
ya que con sus manos atadas
le es imposible hacerlo.
Más yo no pierdo la esperanza
de que algún sábado de Gloria
Jesús, romperá las cuerdas
y levantado su brazo
bendecirá haciendo la cruz
a este pueblo malagueño
que al alba le trae claveles,
miles de claves rojos
y este año, de las lágrimas mojados.
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