LOS POETAS DE JIMENA: DIEGO BAUTISTA PRIETO (1ª Parte)
INTRODUCCIÓN
El amor y la cercanía que hacia Jimena de la Frontera y sus gentes sentía Leopoldo de Luis, célebre premio Nacional de las Letras (año 2003), poeta de la generación del 36, casado con una jimenata, María Gómez Sierra, de la que se quedó prendado tras el final de la guerra de 1936 cuando se hallaba de prisionero republicano en el campo de concentración para trabajos forzados existente en la pedanía de San Pablo de Buceite, se reflejaba igualmente en la exquisita atención que prestaba a cuanto le viniera de la localidad.
Y no podía ser para menos, tratándose de la vocación literaria de vecinos que tenían esa misma pasión por la lírica literaria. Me refiero a los poetas jimenatos: Diego Bautista Prieto y José Riquelme Sánchez.
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https://ignaciotrillo.wordpress.com/2021/02/24/los-poetas-de-jimena/
Nuevamente debemos reconocer el impagable trabajo de investigación y recuperación histórica que viene realizando nuestro paisano Nacho Trillo. Gracias y continúa dando más luz a las historias más cercanas de nuestros pueblos.
ResponderEliminarTrillo pasará -por ley natural-, pero seguirá estando y figurando, más mañana que hoy, como las grandes figuras literarias de la historia, no solo de este término municipal, sino en la de Campo de Gibraltar, la provincia de Cádiz, Andalucía y España; aunque también en la del mundo entero, donde muchos escritores, literatos y personas interesadas consultarán datos; por mucho que a algunos -por algo será- le molesten desenterrar historias, nombres y personas como si fueran fantasmas que aún siguen apareciéndose a sus viejos verdugos. Y eso no es nada, todavía le queda por escudriñar muchas más, incluida la de mi familia por el lado de los asesinados, y en la parte que, como nieto de la postguerra quedé señalado y marcado con el dedo del fascismo. Duro fue, sin comerlo ni beberlo, tener que navegar entre enemigos, para poder conseguir al menos un poco de libertad, no solo para mí sino para la propia sociedad de los repudiados. Extraordinario fue también tener que aparcar odios y rencores para iniciar una nueva vida en la que poder respirar sin miedo; eso se lo tenemos que agradecer a dirigentes de ambos bandos, asqueados por la sangre del conflicto bélico, fructante orgullo, impotente orgullo y el desaire de otras naciones ya en democracia obligando a que el país dejara aparcado el rencor de ambos bandos que a nada bueno llevaba. Trabajo costó y sigue costando olvidar a los muertos en guerra, pero mucho más a los asesinados inhumanamente rezando no por ellos sino por su familia que seguiría viviendo en el horror.
ResponderEliminarGracias Trillo. Muertos hubieron en los dos bandos, más en el de las izquierdas y fuera ya de guerra; siempre son injustas todas las muertes, pero más injustas son las sentencias sin juicios ni sentencias y el tomarse la justicia por intereses, odios y/o rencores, recallendo sobre inocentes en más de los casos, como así sucedió, quedando descabezadas, resquebrajadas o exterminada parte o familias enteras.
Justo es, ahora que se vuelve a levantar nuevos y viejos odios, buscar un poco de paz en las memorias y en los corazones de los supervivientes o de los que heredaron ese rencor y ese odio; al menos dando dignas sepulturas a los indignamente ajusticiados en cualquier rincón del país. Esto sería, aunque llegue tarde, el principio de una auténtica democracia que propugna en sus fueros libertad igualdad y "fraternidad".
Rpmcpt.