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Luís Alberto Fernández Piña ha publicado este relato en la sección de narrativa del núm. 33 de la revista del Club de Letras de la Universidad de Cádiz SPECULUM, que se publica en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, y dirige José Antonio Hernández Guerrero.
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El valor eclipsado
Sigues sola, a pesar de tener una cita. Y te hiere no tener más compañía que unas tablas y unos clavos oxidados por el tiempo inclemente, que se unieron como una pareja de enamorados, en forma de banco callejero.
Retiras los pies cada vez que el sol se empeña en arrastrarse hasta tus tacones, haciendo retroceder las sombras que te cobijan y que buscaste para alejarte de su calor agobiante.
Todavía te llega el olor de las flores. Es dulce, embriagador. Te resultaron hermosas cuando te decidiste por comprar el ramo; pero ya te parecen normales, incluso ridículas. Con el calor están inclinadas, casi mustias. Tú también te inclinas mirando de un lado a otro. Buscas alguna silueta que reconozcas para alejarte del banco que ya te parece de piedra dura, y de aquel aire que te rodea, tan repetitivo y desgastado.
No son perfiles conocidos los que ves. Son extraños, ajenos a tus sentimientos. Quieres encontrarte con él. Incluso lo imaginas caminando entre la gente, quizá distraído, quizá atento a las personas solitarias que esperan, como haces tú. La imaginación te devuelve a la realidad y sientes el sabor agridulce de la decepción. Sabes que nadie aparecerá, buscándote, para sonreírte con los ojos y estrecharte entre suspiros. Dejas el ramo sobre el banco, que se queda solitario; tus pasos resuenan apresurados, dejando un reguero de tristeza sobre el empedrado.
Unos ojos lacrimosos observan tu caminar alejándose. Está arrepentido, dolido y avergonzado. Te ha observado todo el tiempo desde la distancia. Te ha admirado, te ha soñado, te ha amado. Pero su escaso valor le ha impedido acercarse a ti. Piensa que serás feliz con alguien decidido y apuesto, no con él. Mientras, seguirá con el miedo a que alguien lo ame.
Que bonito y sensitivo. Enhorabuena luis Alberto por la publicación. Eres de los chicos más sensibles que conozco, incluso diría que tienes una sensibilidad única en todo el municipio,Sigue por ese camino.
ResponderEliminarRosa.
Luis: en el amor como en la vida hay que entrar a matar.
ResponderEliminarLuego será lo que sea
No entiendo si son hombre y mujer o dos hombres...
ResponderEliminarEstá claro que es una mujer que espera a un hombre. Si leyeras bien antes de dedicarte a comentar te darías cuenta que lo primero que pone es "sigues sola" y después habla de "tacones", así que a leer un poco más señores!!
EliminarLuis enhorabuena, me encanta como escribes, sigue así.
Felicidades Luis por el relato. Y por cierto en el amor como en la vida no hay que entrar a matar, como dice el "maestro liendre" con su comentario machista de más arriba, tanto en el amor como en la vida hay que entrar con respeto, educación, sabiduría y afectividad. Te lo dice una mujer que ha luchado desde pequeña para que todas las mujeres tengamos nuestro respeto y representación en esta sociedad tan patriarcal. Un saludo. Ángela.
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