Bandera Gitana. |
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GITANO
No cortes tu melena
No cortes tu melena
Ni la sangre de tu raza
Apiñonada; ni cobriza, ni apache
¡Corazón apátrida!
Déjala volar al viento
Como el olvido de tu historia
Como el silbido del pensamiento
Suspendida cometa sin aire!
Apiñonada; ni cobriza, ni apache
¡Corazón apátrida!
Déjala volar al viento
Como el olvido de tu historia
Como el silbido del pensamiento
Suspendida cometa sin aire!
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¡No cortes tu pelo!Gramática sin lengua
Mundo sin techo
Indio, anónimo o disfrazado
Nómada del globo
¡Rabia… de tu libertad!
Mutismo de raíces
Letras sin papel y papel sin letras
Pelo negro azabache
Piel, ni morena, ni negra
Canta, hombre, tu color
Baila, mujer, tu etnia
Grita al aire tu quejido
Habla, raza inconfundible
Cuenta, tu pasado y tu presente
Garbea tu diferencia, rom.
Tu carné de esclavizado
Tus lágrimas de expatriados
Tus hermanos exterminados
Tus aportaciones culturales
Tus aspiraciones y el futuro
Tus ojos negros llenos de alfileres
Tus amores y tus claveles
Tu independencia de normas
Tu rechazo al sedentismo
Tu valentía y tu pillería
Tu garbo sin arrugar la frente
Tu respeto al patriarca
Tu condición de humano
¡¡Tu honra de raza…, gitano!!
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A
mi amigo de Benarrabá, calé y conductor del autobús escolar en San Pablo de
Buceite, por tener la osadía de pelarse y cortar esa cabellera romaní que atada
a una genética volaba libre por los aires. Olvidando ante el barbero, que él y
su largo pelo pertenecen a un pueblo itinerante, único en su especie que ha
convivido durante siglos con árabes y cristianos por toda Europa, creando
diversidad de cultura. Nadie se acuerda, ni ellos siquiera, de su origen. Sin
embargo, creo, que son los mejores representantes del deambular de la raza
humana por los confines de la tierra, simbolizando que somos iguales pero
también diversos en lo genético, en la lengua y en la cultura; fruto del ir y
venir de los hombres a través de los siglos, de encuentros y desencuentros,
mezclas y separaciones.
Sea
también para todos los de su raza, morenos o rubios, pero honrados y leales
gitanos.
.
ResponderEliminarHabía hace días en el mercado
un gitano de pura sangre,
bajito, ancho, regordete
con una vara en la mano,
un sombrero bien calao
un poquitín ladeao,
un bigote espeso, blanco
algo rubio por el centro
sin duda por el tabaco,
y su clavel, en la solapa.
Gafas de sol algo antigua
y una voz ”aguardientosa”
parecía... un patriarca
que me dijo a mí al pasar:
-La sangre, no hay que mezclarla.
Con el gesto le interrogué,
con la vara me indicó,
a una pareja de jóvenes
que a una niña acariciaban.
El joven, un gitano como él,
sin sombrero, sin clavel
y por supuesto, sin vara.
En pantalones vaquero,
zapatillas de deportes
con camisa clásica, ajustada,
muy bien planchada.
Su pareja una hermosa mujer
de pelo rubio natural
y blanca como ”la nácar”
podría pasar por sueca.
La nena de piel algo más obscura,
de graciosos ojos verdes
y cabellera dorada.
Repitió el viejo señor
negando con la cabeza:
Esto no es ni bueno, ni normal,
la sangre, no hay que mezclarla.
Le contesté: -Míreme, yo llevo
sangre de muchas mezclas,
sangre de muchas razas.
Me miró y entre dientes masculló
Yo lo veo, así te va.
Un señor que estaba al lado,
me dijo que, en todo el mundo,
no hay otra etnia como ellos,
que después de, algo más de cinco siglos
que a Europa llegaron
aún no se han diluido
entre los pueblos autóctonos.
de vez en cuando hay algún cruce,
pero por lo general
ellos conservan a gala,
la pureza de su sangre,
de su etnia o de su raza.
Eso, no es bueno ni malo,
es su pensar, es su opción
y su libre decisión,
debemos de respetarla.
Mi padre tuvo siempre gala
de tener amigos gitanos,
y de aquellos que eran nómadas
al atravesar San Pablo
se desviaban y ponían
el rumbo hacia El Corchado
a saludar a mis padres,
si era hora de comer,
mis padres los invitaban
y con nosotros comían.
Un jovenzuelo del poblado
a mí me quiso chinchar
diciéndome, que eran mis tíos,
se lo comenté a mis padres
y ellos me respondieron
-Dile que nos son tus tíos
y que, como cualquier humano,
ellos también son tus hermanos.
Yo los he tenido y los tengo
cuando yo era militar, los gitanos
eran muy buenos compañeros
Y como compañeros de trabajo
de lo mejor que he tenido.
.
14.04.16
.
Antonio. –El niño del Corchado-