lunes, 3 de junio de 2013

Cosas del Pipeta

El Pipeta con su equipo de futbol y amigos en una feria de los años ochenta.
- Las palizas que propinaban algunos maestros de escuela
- De la escuela al trabajo
- Recuerdos del Pipeta
- Beffa ambiguo y ausente
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Como no tengo blog y con el permiso de Medina (como le oí decir a una persona conversando con otra cuando creía que yo no les oía: “es que escribe algunas cosas y como no tiene donde hacerlo pues Medina le deja publicarlas”) dijo, como con algo de desmérito, no solo ya a mí y a la página, sino también  a la buena labor que esta hace informando al pueblo puntualmente de muchísimas cosas. Esto lo dijo sin pensar en mis verdaderos motivos para no escribir en otros sitios “más profesionales”, los cuales no voy a contar aquí, por los mismos motivos que no escribo en “esos otros sitios más profesionales”.

Maestros de escuela
    Yo, ya se, que no soy un gran escritor, ni un escritor siquiera, solo un aficionado a la escritura, y si lo quieren, con una base muy deficiente - ¿¿la que me dio D. Miguel Blanco?? - ¡pues si!, aquél maestro, que no por ser muy duro, dejase de ser buen maestro. Nadie me discutirá - seguro que no -, que fue el mejor maestro que tuvimos en aquellos tiempos (sin aludir a “D. Isidro”, maestro no oficial, particular de los pobres, que también fue un gran maestro, pero cobrando, poco pero cobraba. Tampoco a "Aguilera”, maestro de pago después de las clases primarias –para aprobar-. Y nunca olvidaré a un maestro que tuve en Castellar, tendría yo unos cinco añillos –por causa del trabajo siempre estábamos de aquí para allá con la casa acuesta-, el cual nos pegaba unas palizas que nos meábamos, y eso que mi padre lo tenía alojado en una choza de al lado, junto a su burro y a su perro “Kuki” que después fue mío y vivió con nosotros en San Pablo, teniendo la misma malaleche que el maestro). Y he de agregar además, en defensa de D. Miguel - hablando de la enseñanza básica me refiero - que en aquellos tiempos no tuve ningún maestro (con excepción del dueño de mi  perro “Kuki”), que pegara  más que él; aunque pegar era la costumbre “¡Con sangre entran las letras!”. Él continuó dándonos clases en sitios como: ingreso, bachiller, bachiller radiofónico, e incluso en el Plantel de Extensión Agraria.  Pero nadie nos quitó nunca la psicosis que todos sus alumnos hemos llevados consigo en sucesivas enseñanzas: miedo a ser preguntado; miedo a salir a la pizarra; miedo a fallar, miedo a…tantas cosas. Pero también, como digo,  nos dejó unos buenos cimientos, una buena base para poder afrontar otros estudios superiores. Los que no llegaron a ello, no fue por culpa de él, ni de ellos mismos, sino por los tiempos que nos tocó vivir: mejores que los de nuestros padres, pero, mucho… mucho peores que los de nuestros hijos.
De la escuela al trabajo
De la escuela al trabajo, no había otra cosa; ingreso era pagando, bachiller era pagando y ni eso nos podían costear nuestros padres. La única opción, y hay que reconocer que ya el Estado, a su forma, ponía algunos medios, como era estudiar de noche ¡Después del trabajo; las ganas que había que tener de estudiar!, pues se tenían, si que se tenían.
Por entonces tuvimos el bachiller radiofónico que comenzaba con mucha gente y terminaba con uno, dos, o ninguno. O cosas superfluas como el Plantel de Extensión Agraria que no nos sirvió de nada a aquellos que habiendo terminado provechosamente la escuela primaria, ingreso o el bachiller elemental (y no se nos pudo costear más) nos agarramos a esta nueva experiencia. Si les sirvió a aquellos que lograron obtener el Certificado de Estudios Primarios.
Hasta con el P.P.O. hicimos algunas cosas, como fue el sacarnos el permiso de conducción agrario “BTP”- puesto de trabajo para muchos-, con el que podíamos conducir el tractor, maquinarias agrícolas y arrastrar sus aparejos: remolques, gradas, arados de disco, etc. No solo eso, sino que cogimos grandes conocimientos de mecánica en este campo.
Todo gracias a Primitivo, un gran profesor en estas materias.  Con este permiso de conducción, posteriormente, podíamos sacarnos el segunda “B”, para ya incorporarnos a la circulación vial con nuestro Seat 600, Citroen de dos caballos, Simnca 1.000 etc., e incluso los camiones Avia de 3,500 Toneladas. También, como no, teniendo ya, como teníamos la teórica aprobada con el permiso de tractores, hacernos del “Tercera” para dejar aparcada las Guzzi Dingo 49cc o la de 65, Torrot (don velocidades en los manillares), Derbis (Todos éramos Ángel Nieto), Ducati de 49 cc. (con o sin los carburadores arreglados para mayor cilindraje), etc. y agarrar la potente “Bultaco 250” o aquella “Ossa 150”, o como no, aquella vespa “Lambreta 150”, con o sin sidecar para “chulear” y pasear a la niña de turno.
He de agregar, como no, que si mal no recuerdo, en aquellos entonces, uno de nuestros mejores motorista de 49 cc., lo era José Bolaino “El Bandejo”, para que todos nos entendamos; después, entre otros, le seguí yo, que no era tan bueno. Y creo, sin temor a equivocarme, que el segundo fue, en gran cilindrada con una Bultaco, Antonio “El Pescao”.

Recuerdos del Pipeta
En fin, tal como lo he titulado, estos son recuerdos del Pipeta, que oso publicar donde puedo; y a continuación de una amena charla habida precisamente ayer en lo de Juanito Muñoz, con algunos amigos y críticos de buen ver, como lo son “Currito” “El Herrero” y Manolo Ocaña y su esposa, sobre plasmar en algún sitio la supuesta poca historia de nuestro pueblo; con lo que yo no estoy de acuerdo, ya que nos asentamos sobre otras historias y civilizaciones, de las cuales, algunos espabilados expoliaron “entidad”, que la podríamos hacer nuestra “sin temor a sustraer nada que no fuera raíces de otros antepasados Buceiteños”. ¡Cuántas bonitas historias hemos perdidos! ¿Verdad?.
Ejemplo, y con todos mis respetos, consideración y orgullo: Jimena de la Frontera es lo que es, porque su castillo persiste y junto a él siguió persistiendo el pueblo con sus casas, después sus iglesias, con la excepción de “La Coronada” pero queda su torre ¡ya es algo! ¡y tanto, con esa torre tan bonita que ha quedado en el centro de la plaza! y ¿porqué pongo este ejemplo? Pues porque,  debido al nazareno, sus gentes no estuvieron siempre, fueron importadas de otros sitios del país por los Reyes Católicos y los duques de Medina Sidonia para poblarla y defenderla. Pero su legado persistía en forma de arquitectura y domicilios desde antes incluso, seguramente, de los romanos, “Oba” nos lo dice.
Y la lucerna que es nuestro símbolo, también nos dice algo, y muchas otras cosas que han volado, y muchos otros edificios derrumbados que nadie atendió, solo para hacerse casas (Las piedras de los muros de muchas casas que aún persisten en San Pablo, fueron cogidas de esa historia para pasarla a otra, no solo del Cerro de los Zarzales, sino del propio sitio donde está asentado San Pablo). La gente callaron y callan cuando hacen los cimientos de sus casas (igual que callaron Los Larios cuando comenzaron el pueblo). Eso hace que no tengamos donde agarrarnos para decir ¡San Pablo es anterior a Buceite incluso!, sino, ¿porqué se llevaron monedas cuadrangulares muy gruesas y con relieve abruto en su superficie. Por qué se llevaron sellos, monedas romanas y otras anteriores ¡muchas! en los primeros tiempos de los cimientos de este pueblo? Pues por que existías ruinas de un pueblo sobre otro.
Reto a quien quiera saberlo con el solo hecho de herir la tierra de cualquier lugar del pueblo. Hiéranla y busquen cimientos que siempre los encontrarán


Andrés Beffa parece ambiguo y ausente
Por hoy he terminado y he escrito esto, un poco alentado por ellos, los de la conversación bajo el toldo de Juanito Muñoz, pues aparte de escribir algunos poemas; ya quedé bien “escardao” (debería decir “escardado” que suena mejor pero…)  cuando escribía algunas historia en los programas de feria, con esas burlas de algunos, las ironías de otros, las envidias –no se de qué- y la mala fe de otros tantos -¡Otra vez el Pipeta!, ¡pues si!, a ellos les digo que, sin saber escribir, y sabiéndolo hacer Andrés Beffa, cada uno por su lado a su forma han escrito y recopilado la historia de este pueblo, como y desde donde hemos podido saber obtenerla. Andrés recopilando, escribiendo y enseñando y yo, escribiendo de mis tiempos; y eso, seguramente que será parte de la historia y, al menos, el nombre de Andrés Beffa, con todos sus errores ¡Qué los hay¡, y todas sus virtudes ¡Qué las tiene!, no se borrará jamás, y, si no se lo agradecemos hoy, algún día lo harán los que nos pisen nuestra sombra. Aunque ya, llegado a este punto, se pida otro alcalde de Distrito nativo de este pueblo, como piden muchos, pues todo tiene un fin - y no lo digo yo, mis ideas, aunque parezcan reflejarse, por el momento seguirán siendo solo mía- lo dicen muchos: “porque Andrés parece ambiguo y ausente de y a todo lo que le rodea; al menos, en oír a los ciudadanos, no solo a los de la calle y a los de la feria, sino a todos, ya no es el que era”. ¡Pero a la hora de los votos, los tiene, cada vez menos, pero aún son suficientes!. Es lo que dicen otros ¿Qué es lo que pasa entonces, algo le quedará aún?, como mucho queda de lo que ha hecho ¡¡¿Qué podría haber sido más……..?¡¡.
¡Algunos trozos de feria ha puesto arriba, ya es algo! ¡Municipales “pa” arriba, Guardias Civiles “pa” bajo…..!
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Un abrazo a todos
Cristóbal Moreno Romero
El Pipeta.

4 comentarios:

Pedro dijo...

Animo Cristóbal, los que pertenecemos ,mas o menos a esa generación, la de la foto,nos gusta recordar aquellos tiempos, no pretendes hacer literatura, pero es un anecdotario que se te agradece y ojalá algunos más tuviésemos tu valentía y tu capacidad para remover nuestra memoria,revivir aquellos momentos y recordar a muchos amigos que por un motivo u otro no hemos vuelto a ver, UN ABRAZO...PRG

Cristóbal dijo...

Muchas gracias, es lo que pretendo.

Manolo Ocaña dijo...

Amigo Cristobal gracias por hacernos participe de tus recuerdos de este gran pueblo y de sus grandes veci-
nos-as, espero que sigas con los recuerdos que puedas enseñar.

Anónimo dijo...

SI SEÑOR FOTOS DE ATAÑO ME GUSTA